
¿Cómo será el mundo dentro de 25 años?
Por Abraham Espinosa Rueda. Estudia el 8.° semestre de la Licenciatura en Diseño Gráfico. UDEM.
Cuando pensamos en el futuro, solemos imaginarlo bajo la sombra de máquinas frías y gigantescas, donde el ser humano es un engranaje más en un sistema que nunca se detiene. Las películas y los libros nos han acostumbrado a temer lo distópico, a ver el porvenir como un lugar gris y mecánico. Pero yo quiero soñar diferente. ¿Qué pasaría si el futuro no estuviera dominado por el ruido de las máquinas, sino por el susurro de los árboles y el canto de las aves? ¿Si en lugar de autopistas saturadas, tuviéramos senderos tranquilos bordeados por jardines, donde las mariposas revolotearan entre flores y niños jugaran al aire libre? Imagina un futuro donde haya tiempo: tiempo para leer, tiempo para conocer a tus vecinos, tiempo para simplemente ser. Un lugar donde las máquinas no nos esclavizaran, sino que trabajaran en silencio, limpiando el aire, restaurando los océanos y permitiendo que viviéramos con dignidad y plenitud. Un mundo en el que no competiéramos por recursos escasos, porque ya aprendimos a compartir y cuidar.
En mi sueño del 2050, caminamos entre huertos comunitarios, con frutas que cuelgan al alcance de todos. Las plazas están vivas con el bullicio de asambleas, debates y juegos. Los trenes de alta velocidad nos conectan, no por un costo exorbitante, sino como un derecho colectivo.
Este no es un sueño imposible; es una semilla que podemos plantar juntos. Habrá quien diga que es idealista. A ellos les digo: lo verdaderamente idealista es creer que el mundo puede seguir como está sin quebrarse. Este futuro no llegará solo. Pero si caminamos juntos, si nos organizamos y actuamos, sere-
mos capaces de construirlo.

Y tú, ¿te atreves a soñar lo mismo o algo muy parecido?