Mascarillas en vez de vestidos: la respuesta del mundo de la moda
Pensar en moda durante la pandemia parece superficial o desconectado de la realidad pero, al igual que muchas industrias creativas, emplea a muchas personas alrededor del mundo y tiene una capacidad enorme, tanto económica como de producción. El impacto de la pandemia ha afectado a negocios de la industria de todo tamaño –fábricas, tiendas y comunidades de modelos, maquilladores, fotógrafos– con despidos e incertidumbre. A pesar de esto, la comunidad de la moda se ha enfocado en sobrevivir y ha sorprendido con soluciones creativas que se solidarizan con la emergencia sanitaria.
Aprovechando los recursos
LVMH, L’Oréal y Coty han dedicado sus laboratorios cosméticos a producir gel antibacterial de uso médico aprovechando el alcohol que usan regularmente para perfumes y productos de belleza. Por otro lado, los diseñadores se han dedicado a donar sus ganancias como la donación millonaria de Giorgio Armani o la diseñadora de moda italiana Miuccia Prada quién donó, junto con su esposo, seis unidades de cuidado intensivo a hospitales en Milán.
Máscaras y batas de diseñador
La industria cambió sus diseños regulares por mascarillas para el personal médico, con jóvenes diseñadores como la británica Phoebe English que se dedicó a preguntar por todos lados, desde las páginas oficiales del gobierno inglés hasta las redes sociales, consiguiendo en este último apoyo y tutoriales y consejos de cómo hacer sus propias mascarillas.
En Praga, los alumnos de moda que están aislados se han dedicado a crear suficientes para los adultos mayores, voluntarios y trabajadores de supermercados. En Bélgica, el MoMu Fashion Museum Antwerp donó los materiales requeridos como todo su inventario de Tyvek, un textil usado regularmente en fundas para prendas, que es repelente al agua y transpirable, al igual que listones de algodón a los ateliers de la ciudad.
Los gigantes de fast fashion, H&M e Inditex (el dueño de Zara) ofrecieron manufacturar en masa, guantes, máscaras, batas, gorras y gafas protectoras, a espera de tener los materiales correctos con certificación médica y colaborando con las fábricas que tienen alrededor del mundo.
Un Front row digital
En México, el reto es mantener lo programado para impulsar la industria. Esto implicó un cambio de formato ya que el Mercedes-Benz Fashion Week México usualmente sucede en espacios cerrados alrededor de la Ciudad de México y dadas las restricciones se realizará en plataformas digitales. La directora propuso esta iniciativa con el fin de apoyar a las personas que dependen de este evento, diciendo que “el show debe continuar”. En tres días, del 20 al 22 de abril, presentarán las colecciones de más de 20 diseñadores mexicanos, tratando de abrir una nueva puerta de difusión digital que esperan se vuelva un referente para futuras ediciones locales e internacionales.
Estas muestras de conciencia social se alejan del estigma social de que la moda está desconectada de la realidad con acciones que suceden cuando la industria no está generando ganancias, lo cuál se suma a un sentido de empatía y de comunidad como hemos visto alrededor del mundo en el último mes.
Podría ser un ejemplo de cualidades y formas de pensar que formarían parte de un nuevo modelo y futuro para la moda.