Con ustedes, ¡los ‘biobots’!, (o sea, robots totalmente orgánicos)
No necesitamos partes mecánicas ni artificiales: ya aparecieron los primeros ‘Biobots‘. Son unas nuevas creaciones orgánicas, a partir de células animales, capaces de hacer tareas sencillas. Se pueden programar, y se espera que en un futuro puedan ayudar a dosificar medicinas dentro del cuerpo humano, detectar tumores o seguir una ruta programada. Aunque todavía falta mucha experimentación y pruebas para esto, sus creadores (dos expertos en robótica y dos biólogos estadounidenses, financiados por el Departamento de Defensa de EEUU) esperan que estas aplicaciones médicas sean parte fundamental de estos bots.
El comportamiento de las células, la comunicación entre ellas y la manera en la que forman estructuras son algunas de las principales interrogantes de la comunidad científica. En su investigación encontraron que las células contráctiles y las pasivas tienden a pegarse entre ellas, formando una estructura. Para crear el ‘biobot‘, usaron estos dos tipos de células madre de la rana africana de uña: de corazón (que son contráctiles) y de piel (que son pasivas). Probaron esta combinación de células en distintos diseños dentro de un algoritmo digital y se dieron cuenta que son capaces de organizarse y de tener un comportamiento específico. Los diseños más prometedores de esta simulación se crearon fisicamente, en una escala de medio milímetro. Entre ellos hay un ‘biobot’ que se regenera cuando lo dañan, cual película de ciencia ficción. Y otro, con un hoyo en el centro, que puede recoger y cargar a demás ‘biobots’.
Lo más impresionante de estos entes es que pueden adoptar muchas formas, no cuentan con un cerebro, se organizan en diferentes patrones y pueden construir partes de su cuerpo o regenerarse. Varios expertos consideran a este avance el principio de las biomáquinas de cualquier tamaño, con un rango de funciones que pueden hacerse a la medida, más allá de un tema médico (podrían aplicarse para resolver el problema de la contaminación, por ejemplo). Josh Bongard, uno de sus creadores, propone que en un futuro no muy lejano, podrían utilizarlos en el mar para reunir los microplásticos que después serían recolectados por barcos. Al ser totalmente orgánicos y biodegradables, no serían invasivos.
Los ‘biobots’ no son en estricta teoría un robot ni un organismo. Sus creadores creen que los biólogos y los filósofos se verán obligados a considerar cambios en las definiciones de lo que es una máquina y un ser vivo.