Doble dosis y refuerzo
Algunos datos interesantes sobre las vacunas
Por: Elizabeth Lucio Loera, colaboradora UDEM.
A finales del siglo 18, en medio de la devastadora epidemia por la viruela que afectó a gran parte de Europa —causando la muerte de un tercio de la población inglesa—, el doctor de origen británico Edward Jenner observó que la viruela bovina, leve y poco común en el ganado, se podía contagiar de las vacas a los humanos a través de heridas tipo pústulas del vacuno. Esto afectaba en especial a los lecheros, que según la creencia popular eran aparentemente inmunes a la viruela humana que desencadenaba una enfermedad viral bastante más grave y letal. A través de sus estudios observacionales, finalmente Jenner logró fabricar una sustancia líquida obtenida de la supuración de una ampolla de una mujer enferma y, en mayo de 1796, decidió inocularla a James Phipps, un niño de ocho años e hijo de su jardinero. Al confirmar que el pequeño solo presentó un cuadro de leve inflamación local, volvió a inocularlo meses después. Posteriormente, el menor dejó de presentar síntomas y se mantuvo completamente sano. Luego de intentar comunicar su exitoso descubrimiento y que fuera rechazado por falta de evidencia, Jenner publicó sus conclusiones en un panfleto en 1798 introduciendo el concepto de vacunación. El Dr. Jenner dedicó el resto de su vida a la investigación de la viruela y su vacuna, ofreciendo vacunación gratis en su casa de campo a todo el que quisiera. Treinta años después de su muerte, la vacuna de la viruela se decretó obligatoria para toda la población inglesa.
EVENTOS SUPUESTAMENTE ATRIBUIBLES A LA VACUNACIÓN O INMUNIZACIÓN
Las vacunas previenen la aparición de síntomas graves y hallazgos importantes contra enfermedades. Algunas personas suelen presentar síntomas leves tras la vacunación, lo que es indicativo de que el organismo ya está empezando a adquirir inmunidad. Los efectos adversos a la vacunación, como dolor, ardor e hinchazón en el lugar de la inyección, fiebre, cansancio, cefalea, mialgias, escalofríos y diarrea, entre algunos otros, no suelen persistir por mucho tiempo, van desapareciendo espontáneamente a los pocos días de la aplicación.
ESCEPTICISMO
A pesar de ser la medida preventiva contra enfermedades virales más importante por su alta efectividad, aún hay quienes las consideran inseguras y se rehúsan a permitir que se las apliquen a ellos y a quienes dependen de ellos, como sus hijos. Desde la publicación en 1998 de un informe que sugiere la relación entre las vacunas y el autismo, se ha notado un esparcimiento importante de la creencia de que las vacunas son dañinas. Existen tres importantes factores para la propagación del escepticismo o desconfianza hacia las vacunas: contexto histórico, político y sociocultural, los servicios de salud pública y las leyes de vacunación. Otros factores con menor impacto son los profesionales en salud que las rechazan, la toma de decisiones personales, experiencias pasadas con vacunas, medicina alternativa y religión. Por otro lado, uno de los factores más influyentes son los medios de comunicación, que han contribuido a la desinformación y propagación de fake news sobre el contenido y efectos de las vacunas. Durante la crisis sanitaria por el coronavirus, el debate sobre las vacunas en redes sociales incrementó y discursos antivacunas ganaron popularidad.
CÓMO ACTÚAN LAS VACUNAS CONTRA EL COVID-19
Estas son las encargadas de permitir que nuestro organismo desarrolle inmunidad contra el virus que causa el Covid-19, sin que para ello tengamos que contraer la enfermedad. En la actualidad, hay tres tipos principales de vacunas contra el coronavirus que están aprobadas o autorizadas para su uso en Estados Unidos o que están en etapa de ensayos clínicos a gran escala (fase 3). Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan que las personas que inician su esquema de vacunación o reciben una dosis de refuerzo lo hagan con las vacunas de Pfizer-BioNTech o Moderna (vacunas contra el COVID-19 de ARNm); sin embargo, la vacuna que reciba cada persona dependerá de su edad. En la mayoría de los casos se prefiere el uso de las vacunas de ARNm por sobre la vacuna Janssen de Johnson & Johnson (que es de vector viral). Aunque se prefiere la aplicación de las vacunas de ARNm, la vacuna de J&J/ Janssen se considera en ocasiones. Las de ARNm (Pfizer-BioNTech o Moderna) contienen material del virus que causa la enfermedad, que instruye a nuestras células para crear una proteína inocua que es exclusiva del virus. Una vez que nuestras células copian la proteína, destruyen el material genético de la vacuna. Nuestro organismo reconoce que esa proteína no debería estar presente y crea linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir el virus que causa el Covid-19 si nos infectamos en el futuro. Las vacunas de subunidades proteicas incluyen porciones inocuas (proteínas) del virus, en lugar del germen completo. Una vez que recibimos la vacuna, nuestro organismo reconoce que esa proteína no debería estar presente y crea linfocitos T y anticuerpos que recordarán cómo combatir el virus si nos infectamos en el futuro. Las vacunas de vector (Janssen de Johnson & Johnson) contienen una versión modificada de un virus diferente del que causa el Covid-19. Dentro de la envoltura del virus modificado, hay material del virus. Esto se conoce como “vector viral”. Una vez que el vector viral ingresa a nuestras células, el material genético las instruye para que elaboren una proteína exclusiva del virus. Con estas instrucciones, nuestras células hacen copias de la proteína. Esto despierta en nuestro organismo una respuesta y empieza a crear linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir el virus si nos llegamos a infectar en el futuro. Si bien el proceso de desarrollo de las vacunas contra el coronavirus fue bastante rápido, se han tomado absolutamente todas las medidas necesarias para garantizar su seguridad y efectividad.
DOSIS DE REFUERZO Y PRINCIPALES ADICIONALES
Las dosis de refuerzo restauran la protección contra el Covid-19 que podría haber disminuido con el paso del tiempo. Todas las personas de 12 años de edad o más que completaron el esquema de vacunación principal contra la enfermedad deberían recibir una. La dosis principal adicional es para las personas con inmunodepresión moderada a grave que no generaron suficiente protección o ninguna protección tras completar el esquema de vacunación principal.