Inteligencia Artificial, ¿nuestra salvación o perdición?
Por Alejandro Acosta, estudiante UDEM de 4.° semestre en Ingeniería en Mecatrónica
Primero lo primero: ¿qué es lo que pensamos cuando hablamos de inteligencia artificial? ¿Una asistente personal como Siri o Cortana?, ¿o algo más como una armada de robots preparada para aniquilar a la raza humana? Gracias a la ciencia ficción y a decenas de películas, nos hemos formado una idea respecto a lo que es la inteligencia artificial, pero ¿será la correcta?
Amazon define la IA (Inteligencia Artificial) como “el campo de la ciencia informática dedicado a la resolución de problemas asociados comúnmente a la inteligencia humana, como el aprendizaje y reconocimiento de patrones”. ¿En español? Es una rama de la ciencia computacional que estudia una gran cantidad de datos y que trata de encontrarle patrones o comportamientos a estos.
Al igual que un niño que tiene como meta hacer la montaña de bloques más alta del mundo, y que después de tumbarla varias veces aprende a qué bloques usar y dónde colocarlos para lograrlo; la inteligencia artificial implementa matemáticamente una solución/técnica cada vez mejor y más rápida hacia el problema que le indicamos.
Esto va desde poder reconocer si el animal dentro de una foto es un perro o un gato, hasta predecir el precio de una moneda digital como el bitcoin.
La IA evidentemente cada vez se encuentra más inmersa dentro de nuestro día a día: el contenido que se nos muestra en redes sociales, la publicidad en nuestros smartphones, indicaciones para navegación en tiempo real, asistentes de voz… Y aunque es bastante útil en nuestras vidas, como todo desarrollo, tiene aspectos positivos y negativos.
Según Kai-Fu Lee, pionero en la inteligencia artificial, se espera que en los próximos 15 años esta reemplace el 40 % de los actuales trabajos. Siendo específicos apunta a que, debido a la automatización de procesos, se afectará a entre 400 y 800 millones de personas directamente.
A pesar de que son números que parecen preocupantes, escucha esto: aunque el poder y alcance de la inteligencia artificial solo va en aumento, esto no significa que el trabajo de los humanos quedará obsoleto. Al final de todo es una herramienta y, como cualquier otra, el impacto radica en cómo y para qué se utiliza.
Por ejemplo, una aplicación positiva que se le ha dado a la IA actualmente fue en Europa, en donde, con base en algoritmos y millones de datos, se le dio la tarea de estudiar la calidad del aire para determinar el origen de las partículas aéreas PM2.5, las cuales toman el puesto como las más dañinas hacia el ser humano debido a su diminuto tamaño y facilidad para entrar a nuestro sistema.
La inteligencia artificial es un tema que nos concierne a todos, ya que, sin importar lo que hagamos, llegará un inevitable momento de interacción con estas nuevas tecnologías. Aunque puede ser confuso y causar miedo, conocerlas y adaptarnos facilitará su uso para mejorar la vida de las personas alrededor del mundo.
“La gente ignorante le teme a la ciencia porque no la entiende. Quieren los beneficios que la ciencia ofrece, pero no sus interrogantes”.
Frankenweenie, Tim Burton, 2012