La alegría de “trabajar” mientras juegas

Manejar un camión, ser granjero o controlar un tren. Estos oficios han sido recreados con detalles obsesivos en videojuegos que en los últimos cinco años han atraído a miles de fanáticos y han sido aclamados por la crítica. En este año, 25 millones de personas compraron Farming Simulator, en el que tu objetivo principal es cosechar exitosamente un campo de trigo.

Los videojuegos de simulación están renaciendo. Títulos como Euro Truck Simulator, Bus Simulator, Snowrunner y Train Sim World se han vuelto rivales de un mundo predominado por la fantasía, en el que puedes ser un militar espacial, un futbolista aclamado o una princesa guerrera. El atractivo de ser un granjero sobre estos seres mágicos tiene que ver con la precisión que tienen. Para desarrollar Bus Simulator, el equipo de los estudios Stillalive tiene una alianza con IVB, una compañía local de transporte a la que visitan regularmente, inspeccionando los camiones y documentando todo con fotos.

“¿Cuando giras la llave e inicia el motor del camión, qué botones e indicadores se iluminan? ¿Y cuando pasas a segunda posición en la palanca? Estos detalles le importan mucho a nuestros jugadores”, según contó Julian Mautner, parte del equipo.

Hacen una exhaustiva investigación en el que buscan traer la realidad al videojuego. Esto incluye entrevistas con los conductores, grabaciones de sonido, información en 3D, con el menor margen de error posible. Incluso, comentan los creadores, que muchos de los jugadores son los propios granjeros, conductores y pilotos quienes les dan consejos de cómo son las situaciones en la vida real.

Crédito: Bus Simulator

Google Earth, Maps y la opción de la vista de calle también son herramientas fundamentales para los desarrolladores ya que gran parte de estos juegos suceden en escenarios naturales. En Train Sim World, por ejemplo, puedes ver el cambio de terreno, de las vías, los colores y tipos de tabiques de cada estación de tren y el detalle de los árboles.

Aunque suena a que son juegos para los obsesivos del detalle, tienen otro factor al que le deben su éxito. En un mundo impredecible como en el que estamos, estas simulaciones permiten el placer de resultados predecibles en acciones cotidianas. Sentir paz al presionar un botón y saber que luz se encenderá, qué señal obedecer, dar el cambio exacto, abrir las puertas en el momento correcto. Una calma única de recorrer a tu propio ritmo, en situaciones controladas y con objetivos sencillos.