Manifiesto 360º #3: Hacer (bien) de cenar puede cambiar tu vida

Te tenemos una propuesta, tan pronto salgamos del confinamiento y volvamos a nuestras rutinas (manteniendo las medidas de seguridad y sana distancia): haz de cenar para tus amigos o familia un miércoles.* No nos referimos a unos molletes, una pasta con atún o algo que tome pocos minutos en la sartén. Queremos persuadirte de que cocines algo sustancioso, que te tomes tu tiempo, que te concentres por una hora o más. Convivan, coman, hagan una larga sobremesa (como los italianos y los españoles). Repítelo una semana después. Y vuelve a repetirlo a las dos semanas. Y así.

LOS MEJORES RECUERDOS SE HACEN REUNIDOS ALREDEDOR DE LA MESA

Los sociólogos tienen un término que captura la sensación de wellbeing y la felicidad de una persona en toda su vida. Su nombre es bastante obvio, “satisfacción de vida”, y explica una fuerte relación del tiempo compartido con las personas que te importan y a las que les importas, esas que no pudiste ver y abrazar por varios meses. Ahora es cuando.

¿Qué mejor que una cena con amigos y/o familiares para lograr “satisfacción de vida”? ¡Suma esta propuesta a tus martes de amigas (“martecitos”) o jueves de amigos (“juevecitos”)! Puedes organizarlo con tu familia los fines de semana (el chiste es hacerlo). Tal vez tu primer intento no sea el mejor, pero aprenderás para la segunda experiencia, y luego sacarás más ideas para la tercera. La regularidad importa, como en todo. Una cena entre amigos o con tus primos, en principio, no es un evento extraordinario. Pero, con el tiempo y tu motivación, se convertirá en una costumbre fascinante y necesaria en tu vida, como estudiar.

Quieres empezar? Grandes cacerolas con comida. No hay forma más fácil de alimentar a varios que con mucho arroz, purés, pasta, sopa, lo que sea. Puedes inspirarte en libros de cocina que seguro hay en algún lugar de tu casa. No olvides agregar algunas verduras (pueden ser calabacitas y zanahorias al vapor, o coliflor y betabel asados), pan y mantequilla (con hierbas, ¡uff!). A diferencia de una carne asada —en la que el encargado del asador está más concentrado en cuidar el carbón, los Rib Eye y las salchichas que en el chisme—, la idea es que desde un principio todos estén sentados en la mesa al mismo tiempo, sin interrupciones, y la comida esté en su punto perfecto.

¿Segunda reunión? Poke bowls. ¿A la tercera? Chicken tikka masala con arroz basmati. ¿Más? ¡fetuccini frutti di mare! Y así. Poco a poco agarrarás práctica. Algunos platillos los repetirás; otros serán cosa de un día (ya sea porque no salieron bien o porque fueron tan épicos que es mejor así, un eterno recuerdo culinario). En todos los casos, que el final sea el mismo: “¿Nos vemos el próximo miércoles?”.

*Sugerimos un miércoles, pero puede ser el día de la semana que se te antoje. El chiste es llevar a cabo este Manifiesto 360º 😉