No sabes nada y eso está bien

Por Nilsa Farías, staff 360°

¿Alguna vez tuviste algún compañero de clase que se paró a explicar (con plena confianza) que la manera de salir de una crisis económica era imprimiendo más dinero? ¿Qué tal en la oficina, una chica recién salida de la universidad que asegura que podría hacer mejor el trabajo de tu jefa porque tomó un curso de autosuperación durante el verano? Todos los días hay personas que hacen este tipo de aseveraciones sin una pizca de vergüenza o titubeo, que nos hacen pensar: “Wow, ¿acaso soy yo el tonto? ¿Tal vez soy yo el que necesita estudiar más?” 

Crédito: Fotografía de Wes Hicks en Unsplash.

No estás solo y, de hecho, hay una explicación científica para esas situaciones y sentimientos: el efecto Dunning-Kruger. En el año de 1999, David Dunning y Justin Kruger, de la Universidad de Cornell, publicaron un estudio en el que argumentaron la existencia de este fenómeno psicológico, el cual describen como el sesgo cognitivo de personas con escaso o nulo conocimiento o aptitud en ciertas áreas o habilidades, pero creen ser superiores en dichos aspectos. Es decir, no dimensionan lo que no saben porque no saben que no saben, y dependiendo del sesgo cognitivo de cada quien, es más fácil pensar que lo saben todo. Dunning llama a esto “Meta ignorancia”, es decir, ignorancia de la ignorancia. 

El efecto se pierde cuando empiezas a aprender más sobre un tema y te das cuenta que, aunque ya conoces mucho, todavía te falta mucho más por dominar. Esa conciencia en uno mismo, a la que también se le podría llamar humildad, es elemental para tener la disposición correcta para el mejoramiento personal. 

Sin embargo, si no pones límites a ese espacio mental, podrías caer en la comparación, el autosabotaje (como cuando dejamos de hacer las cosas por temor a fallar), o el síndrome del impostor, otro efecto psicológico introducido por Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, que se puede interpretar como la duda en nuestros conocimientos y habilidades, y el miedo a que la gente en cualquier momento se percate de nuestra “incompetencia”. 

Además, las redes sociales exacerban estas ansiedades. A todos nos ha pasado que vemos en Instagram a un compañero de escuela que se fue de intercambio al país que queríamos visitar; o vemos en LinkedIn que una amiga ahora tiene el puesto al que nosotros aplicamos; o que un amigo consiguió una calificación perfecta en el examen, pero nosotros (con trabajo) conseguimos una nota aprobatoria. Estas situaciones están en todas partes y es difícil procesarlas objetivamente, por lo que necesitamos herramientas para centrarnos y buscar vivir nuestra mejor versión. 

Crédito: Fotografía de Unseen Studio en Unsplash.

La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) describe siete estrategias para dejar atrás la duda y vencer a nuestro impostor interno. 

  1. Conoce los hechos: Si sientes que no eres lo suficientemente inteligente para estar en esa clase, o en realidad alguien más merecía tu trabajo, da un paso atrás y ve el contexto completo: llegaste a esa posición porque estudiaste bastante, o tal vez tienes el trabajo porque consideraron que tu proyecto fue superior a los demás. Tienes que darte cuenta que los hechos te respaldan. 
  2. Comparte lo que sientes: Expresa a alguien de confianza cómo te sientes, así no te sentirás tan solo y podrás verte con los ojos de alguien que te aprecia. 
  3. Celebra tus éxitos: Te lo mereces. ¿Es tan difícil pensar que hiciste bien las cosas y que los demás aprecian tu trabajo? 
  4. Nadie es perfecto: Cuando te enfocas en el progreso en vez de que todo salga perfecto, las cosas salen mejor. 
  5. Sé autocompasivo: A veces podemos ser nuestros peores críticos, pero también debemos ser nuestros propios amigos. No seas tan duro con tus errores. 
  6. Comparte tus fracasos: Admitir que nos equivocamos y que las cosas no salieron como queríamos nos ayuda a aprender de nuestros errores y también ayuda a que otros no se sientan mal por los suyos. 
  7. Acéptalo: La realidad es que en ocasiones nos vamos a sentir como impostores y no hay escapatoria, lo que debemos hacer es convivir con ese sentimiento. 

Lo importante es hacer nuestro mejor esfuerzo y comprender que en la vida va a haber fracasos e incógnitas, pero la mejor estrategia para actuar es tener más confianza en nosotros mismos y conocer nuestras habilidades y límites. Sócrates lo dijo mejor: “Yo solo sé que no sé nada”. 

Referencias
Palmer, C. (2021). How to overcome impostor phenomenon. Recuperado de https://www.apa.org/monitor/2021/06/cover-impostor-phenomenon

Dunning, D. (s. f.). Chapter five – The Dunning Kruger Effect: On Being Ignorant of One´s  Own Ognorance. Recuperado de https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/B9780123855220000056