Recuperamos las ciudades

Las ciudades que conocemos por su atractivo turístico, ahora son solo de los locales. En una entrevista para el New York Times, dos residentes de Roma y Dubrovnik cuentan cómo pasaron de tropezarse con turistas en cada esquina a convertirse en los nuevos “turistas” de las ciudades que son su hogar.

Roma

Crédito: The New York Times

Gianluca Boscolo tiene 30 años y ha vivido en Roma por tres años. Cuando pudo salir tras la cuarentena obligatoria se encontró en una ciudad que no reconocía. Acostumbrado a sortear a las multitudes en su camino al trabajo cerca del Coliseo, estaba sorprendido de no ver a todas esas personas, sin embargo, pronto se dio cuenta de la maravilla de esta nueva experiencia. La ciudad es, por ahora, un sueño en el que puede caminar a la Fuente de Trevi tranquilamente, con muy poca gente. Salir por un helado o un café, algo que antes era mundano y que ahora lo siente especial. Este cambio lo ha hecho disfrutar de la ciudad de otra manera, pudiendo ver cada detalle en los edificios y las calles, sin tropezarse con turistas. Roma solo visitada por los romanos, por ahora.

Dubrovnik

Agridulce. Así describe Darko Perojevic la situación de la Vieja Ciudad de Dubrovnik, lugar donde ha vivido la mayoría de su vida. Aquí el chef tiene su restaurante Azur que depende en gran parte del turismo, que por ahora es inexistente. A pesar de esto, ve un lado dulce de tener una ciudad vacía en la que puede caminar en un día soleado sin codearse con los turistas. Le recuerda a su infancia ya que los niños ahora pueden salir a jugar por toda la ciudad como él lo hacía de pequeño cuando no había tantos restaurantes ocupando el espacio público. Por ahora, han recuperado la ciudad para los locales. Viejos amigos se reúnen en su ciudad y recuerdan que, de hecho, la idea de la cuarentena empezó en esta ciudad en el siglo XIV cuando previnieron la entrada de los foráneos por la Peste Negra. Así que la cuarentena ha regresado a su lugar de origen y confían en que como sus ancestros, podrán superar esta situación.

Crédito: The New York Times