
Sentir para sanar: cuando el arte acompaña
Por: Elisa Téllez, Directora del Centro de las Artes UDEM.
Contemplar una pintura, una escultura, escuchar música o asistir a una puesta en escena puede conectarnos con emociones profundas que no sabíamos cómo canalizar ni cómo describir. De la misma forma, dibujar, construir, componer o escribir, puede ayudarnos a entendernos mejor y abrir un espacio para sanar. No es necesario ser un experto: todos podemos acercarnos o realizar alguna actividad artística.
En medio de la rutina universitaria, entre tareas, proyectos y exámenes que a veces nos abruman, solemos olvidar algo esencial: detenernos y preguntarnos cómo nos sentimos. El arte puede ofrecernos justo eso: una pausa, un refugio para reconectar, un acompañamiento en los momentos de desafíos.
Pensemos en el trabajo de Frida Kahlo, a quien tuvimos en nuestras galerías hace no más de un año. Sus autorretratos son un testimonio poderoso de su dolor físico y anímico. Para ella, el arte fue más que expresión: fue una manera de enfrentar su sufrimiento y una especie de terapia personal.
Cada vez más estudios científicos respaldan los beneficios del arte en la salud y el bienestar. El informe de la Organización Mundial de la Salud (Oficina Regional para Europa, 2019) concluye que las artes pueden contribuir a los determinantes fundamentales de la salud, ayudar a prevenir enfermedades mentales, apoyar tratamientos y acompañar en cuidados agudos o al final de la vida.

Existen iniciativas concretas que ilustran este impacto. Por ejemplo, el Protocolo de Intervención de Arteterapia para el Procesamiento Emocional (REPAT), desarrollado para mujeres que enfrentaban tratamientos contra el cáncer. A través de la arteterapia, muchas de ellas pudieron reconocer y expresar sensaciones que, de otro modo, habrían quedado contenidas. Algunas reportaron sentirse menos tristes o fatigadas, pero más allá de los síntomas, lo valioso fue que esta forma de acercamiento artístico les permitió estar consigo mismas.
En Suiza y Canadá, médicos prescriben visitas a museos como parte del tratamiento contra la ansiedad y la depresión. En el Reino Unido, el proyecto Hospital Rooms lleva artistas a hospitales psiquiátricos para trabajar con pacientes y transformar los espacios de salud mental en lugares más dignos, humanos y creativos.
Todos hemos vivido momentos de angustia, tensión o agotamiento. No siempre sabemos cómo liberar eso que sentimos. ¿Y si pensáramos en el arte como ese canal? Como esa vía para sortear y resignificar esos episodios. Como bien lo expresó la artista británica Tracey Emin: “El arte puede ser una forma de catarsis, una manera de liberar nuestras emociones más profundas”.

Instituciones como Trinity College de Dublín, la Universidad de Viena y el Centro PET de la Universidad de Turku han evidenciado que contemplar disciplinas artísticas activa centros de placer en el cuerpo y nos conecta con un sentido más profundo de la existencia. Incluso las obras que abordan temas difíciles pueden provocar respuestas internas positivas. La pintura, la escultura, la música… nos hacen sentir escalofríos, energía, efervescencia o incluso incomodidad: sensaciones físicas que intensifican nuestra percepción y nos conectan con lo que somos.
El neurocientífico Lauri Nummenmaa lo explica así: la intensidad de nuestras emociones está estrechamente vinculada a las respuestas físicas del cuerpo, es decir, cuanto más fuerte es nuestra reacción corporal frente a una obra de arte, más profunda es la experiencia emocional que vivimos.
También se ha comprobado que al hacer alguna práctica artística se activan áreas del cerebro relacionadas con el manejo del estrés y la regulación emocional. Es decir, no solo experimentamos confort, sino que nuestro cuerpo responde positivamente. Como decía la pintora estadounidense Georgia O’Keeffe: “Descubrí que podía decir cosas con colores y formas que no podía decir de otra manera, cosas para las que no tenía palabras”.
Quienes trabajamos en museos e instituciones culturales sabemos que las colecciones, además de conformar nuestro patrimonio, pueden ser también herramientas de conexión, creatividad y sanación. En el MoMA de Nueva York, se desarrolló un programa, entre 2007 y 2019, para personas con Alzheimer en el que los visitantes no solo observaban obras, sino que conversaban, interpretaban y participaban activamente. El Museo Nacional de Arte de Cataluña organiza talleres hospitalarios bajo el nombre Abriendo puertas, y como explica Natàlia Esquinas, una de las creadoras del programa: “Las puertas pueden ser una metáfora de la vida. Tienen muchas connotaciones, positivas y negativas. Una puerta cerrada puede ser un espacio seguro y acogedor, pero también una prisión. Y una puerta abierta puede conectar con sueños y esperanzas”.
Los Museos de la Universidad de Cambridge lanzaron el innovador programa Encuentros en el museo, que transforma la experiencia museística para personas con la enfermedad de Párkinson, invitándolas no solo a contemplar objetos de sus colecciones, sino también a balancearse, bailar y expresarse… acciones que cambian la manera de involucrarse. En España, el Museo Thyssen-Bornemisza, la Universidad Rey Juan Carlos y Quirónsalud desarrollaron un estudio para analizar objetivamente las emociones que genera la contemplación artística.
En nuestro contexto universitario, el arte no es solo un complemento: es una fuerza viva que se despliega en galerías, pasillos, muros y jardines. Es una presencia que nos acompaña, que nos invita a sentir, que puede acompañarnos en tiempos complejos.
Las obras no solo embellecen el campus: nos hablan. Hay piezas que nos conmueven por la fragilidad que evocan; otras que nos regalan un destello de color en días pesados. Solo basta pensar en Sunrise Yellow and Azure Tower, de Dale Chihuly, para entender cómo una forma o un color pueden levantarnos el ánimo; o en Allotment III, de Antony Gormley, que nos permite caminar entre 300 elementos para meditar sobre el sentido de nuestra existencia, o la nueva pieza de Soothsayers de Julian Charrièrre que nos permite introducir en ese hueco y cerrar los ojos, escuchar… y simplemente dejarnos llevar.
Incorporar el arte como parte del bienestar es una invitación abierta para estudiantes de medicina, psicología, diseño, arquitectura, ingeniería… para todos. Como una vía de conectar con uno mismo, despertar la creatividad y externalizar lo que vive en nuestro interior.
Imaginemos una UDEM donde cada obra sea un portal hacia nuestro interior, donde las emociones tengan lugar, y donde el arte, además de inspirar, también acompañe, escuche y sostenga.
Te invitamos a compartir tu experiencia o reflexión escribiendo a centrodelasartes@udem.edu y a visitar la exposición temporal El arte entre nosotros, que estará en las galerías del Centro Roberto Garza Sada durante agosto y septiembre. Queremos saber: ¿qué emoción te provoca el arte?
Referencias
Chaire CREAT. (s.f.). Museum visits prescriptions. Recuperado de https://chairecreat.ca/en/presse/museum-visits-prescriptions/
Euronews. (2025, 24 de marzo). Pills or paintings? Swiss town lets doctors prescribe free museum visits as art therapy. Euronews. https://www.euronews.com/health/2025/03/24/pills-or-paintings-swiss-town-lets-doctors-prescribe-free-museum-visits-as-art-therapy
Hospital Rooms. (s.f.). Hospital Rooms. Recuperado de https://hospital-rooms.com/
Keating, J. (2025, 11 de abril). Museum Encounters: Parkinson’s Dance Course. University of Cambridge Museums. https://www.cam.ac.uk/stories/Cambridge-Museums-launch-Parkinsons-dance-programme
Museu Nacional d’Art de Catalunya. (2024, 16 de enero). Abriendo puertas. Artes en salud en el MNAC. https://www.museunacional.cat/es/articulo/abriendo-puertas-artes-en-salud-en-el-mnac
Nummenmaa, L., Glerean, E., Hari, R., & Hietanen, J. K. (2014). Bodily maps of emotions. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(2), 646–651. https://doi.org/10.1073/pnas.1321664111
The Guardian. (2025, 31 de marzo). Take two Van Goghs daily: the growing popularity of museum prescriptions. The Guardian. https://www.theguardian.com/culture/2025/mar/31/take-two-van-goghs-daily-the-growing-popularity-of-museum-prescriptions
University of Haifa. (s.f.). REPAT – Art therapy intervention protocol for emotional processing. https://repat.haifa.ac.il/en/