Be Real: Lo que iba a ser … ¿y nomás no?
Por Alonso Águilar
BeReal, la aplicación de moda entre los adolescentes, llegó a nuestros celulares en 2020, en plena pandemia. Una notificación aparecía en nuestra pantalla y pausábamos cualquier cosa que estuviéramos haciendo para revisarla. Era momento de “ser reales”.
Esta app era una alternativa a la vida “artificial” que otras plataformas presumían: si en Instagram eran poses meticulosamente pensadas y ejecutadas, y fotos perfectas de una pasta a la boloñesa, el contenido en BeReal eran ensaladas sin mucho chiste, gente despeinada y encuadres improvisados. En julio de ese año, la aplicación se colocaba en la cima de las descargas de la App Store de Apple. Expertos y medios la llamaron la nueva gran red social. Instagram y TikTok temblaban.
Tres años después, la magia se acabó. O, al menos, así parece. Usuarios en general descubrieron que la monotonía y sencillez de sus propias vidas, de su cotidianidad, fue algo atractivo solamente por
un corto tiempo.
En entrevista con The New York Times, Night Noroña, estudiante de 17 años en California, afirma que descargó la aplicación en agosto de 2022 y le gustó ver las vidas normales de sus amigos y que eran menos glamorosas que lo que veía en otras apps sociales. Después de unos meses, se cansó de ver las mismas imágenes (alguien sentado frente a su escritorio estudiando con su compu) y borró la aplicación. “La Gen Z adoptamos las tendencias muy rápido, pero más rápido nos bajamos de ellas”.
Las descargas de la app han disminuido mes a mes desde septiembre de 2022, según datos de Sensor Tower, una agencia de inteligencia de mercado. Por otro lado, Apptopa, otra agencia de análisis, asegura que de 15 millones de usuarios activos diarios en octubre de 2022 —su punto máximo—, en marzo pasado eran solamente seis millones. Es claro que BeReal está en aprietos por dejar de ser popular, y su comunicado de prensa, publicado en noviembre de 2022, es prueba de ello: “Queremos para nosotros lo que queremos para nuestros usuarios.
No perseguimos la fama ni queremos ser el centro de atención o estar pendientes de indicadores, como el número de seguidores o de descargas”. BeReal ha cambiado alguna de sus reglas que antes eran inamovibles, para ser más atractiva, pero corre el riesgo de convertirse en aquello que juró combatir. Por ejemplo, ahora puedes “ser real” mucho después de que te llegue la notificación y esperar un momento atractivo que quieras compartir.
En tu contenido subido, aparece una nota de cuánto tiempo te tomaste o cuántas fotografías desechaste para encontrar la perfecta. ¿Qué tanta autenticidad de momento puede haber ahí? Esto se contrapone a la idea nuclear de la app: los usuarios se empezaron a dar cuenta de que la promesa de ser real podría ser falsa y que el realismo que esperaban simplemente no estaba ahí.
Sin embargo, toda red social masiva prende los focos rojos de sus competidores, al grado que le copian algunas funciones —si no es que todas—: en julio del año pasado, Instagram presentó su cámara dual y TikTok lanzó TikTok Now, característica basada en una notificación que recuerda a sus usuarios subir una foto o video espontáneo cada día.
BeReal iba a ser el “nuevo Instagram” (algo que TikTok sí logró). ¿Será que, en serio, no queremos compartir en el mundo digital nuestra vida auténtica y siempre queremos maquillarla? A pesar de que ser auténtico es lo que buscamos, “ser real” tal vez no sea lo más atractivo.