Un día para conmemorar
Issabella Richardson, estudiante UDEM de 6.° semestre de la Licenciatura en Letras
Se aproxima una vez más el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y no cabe duda que en México se vive diferente. Aquí no solo felicitamos a las mujeres que están en nuestras vidas. En su lugar, salimos juntas a las calles a luchar para que ya no nos dé miedo caminarlas. Creamos carteles nombrando a todas aquellas que hemos perdido por los feminicidios. ¡Mira, falta una entre nosotras!
Aquí no se celebra el Día de la Mujer, se conmemora. Es el momento en el que visibilizamos las desigualdades y los logros. Recordamos los éxitos que se han hecho para que podamos vivir una vida plena. A pesar de todo lo que hemos conseguido, no todas alcanzan estos derechos: queremos protegerlos y garantizarlos. Se trata de vivir en equidad: contar con el mismo acceso a oportunidades al tomar en cuenta las necesidades de las diferentes personas que conforman la sociedad.
No podemos cumplir con esto si no tenemos la información necesaria. Es importante conocer la historia del pasado para dar cuenta de dónde estábamos y cómo hemos progresado. Hay que entender cuál es el contexto cultural en el país para saber la manera en la que tenemos que movernos. Tenemos que saber que hay oportunidades, y si no hay, se tienen que crear.
Al margen de esta lucha existe otra, una más silenciosa: una lucha de estándares. Batallamos contra las expectativas e ideales que nos heredan. Una mujer debería ser capaz de cuidar a un niño fácilmente, ser empática y, además, atractiva. Esto ya ha estado cambiando; ya no solo hay una manera de ser mujer, hay varias. Puedes soñar con ser una empresaria, una artista, una madre o una deportista. Puedes basar tu vida en amor o en el trabajo o en ambos, decidir tener pareja o no.
Al tener todas estás posibilidades, se nos espera manejar una familia y un trabajo con facilidad. Ser maestras en el multitasking. Una mujer, viendo el contexto en el que vive, debería de ser capaz de pelear, ser inteligente y protegerse físicamente. No digo que sea imposible, pero llega a ser agotador tener que cuidarte y siempre ser precavida. El cerebro se llena con tanta información que ahora debes estar lista para defenderte. Voy a esta fiesta, pero no tengo auto, iré en Uber; el viaje es largo así que tengo que salir con sol y mi vestido no puede estar tan corto; ¿y si alguien se me acerca?, ¿tendré forma de protegerme?; mi bolso es demasiado ligero para que le duela a alguien al ser golpeado.
Es por eso que conocerte, como persona y como mujer es importante.
¿A qué me refiero? El autoconocimiento es la ruta del autocuidado y viceversa. Una forma de autocuidado es aquella que se trata de la autorreflexión. ¿Qué te hace feliz?, ¿cuáles son tus metas?, ¿cómo las vas a cumplir?, ¿cuál es tu llamado a la felicidad? Para esto, hay que darse un espacio de vulnerabilidad, aprender a cuidar la integridad de una misma y ser capaz de aceptar ayuda.
Hay varios sitios que cultivan este crecimiento, una de ellas es mi universidad. La UDEM creó en el 2020 el Centro de Equidad de Género e Inclusión (CEGI). Este centro tiene como objetivo fomentar la igualdad de género, construir espacios seguros y erradicar la violencia. Para el Día de la Mujer se promueve la jornada UDEM X Todas, un evento que ofrece ponencias, talleres, actividades y mentorías para visibilizar a la mujer como un agente indispensable en la sociedad al sensibilizar al público sobre la violencia de género. Este año toma un enfoque hacia la autorreflexión nombrado “Encuentro Transformador: Mujeres Plenas”. Su objetivo es visibilizar la ruta del empoderamiento a través del reconocimiento de la plenitud individual. De esta manera, al conocer su propio sujeto, se trasciende a la colectividad y son capaces de ayudar en la comunidad.
Es agotador pensar en todas las cosas que necesitas saber para cuidarte y no darte el espacio para ser vulnerable. En todo esto, es vital conocerse a sí misma y tenerse como prioridad. ¿De qué otra manera puedes trascender si no comienzas desde adentro? La experiencia femenina es una de varias ramas donde se diversifica el cómo ser mujer, ya que no hay un solo modelo a seguir. Pero para crecer, se debe cuidar la raíz primero.