Soñar no cuesta nada, pero llevarlo a cabo sí
Por Alan García Rodríguez, estudiante de 8.° semestre de la Ingeniería en Tecnologías Computacionales
¿Llamativo? Sí, pero ¿a qué costo?
La empresa Ford emprendió una nueva marca de coches lanzada en 1957 y bautizada con el nombre del hijo de Henry Ford: Edsel. Siguió al pie de la letra la rúbrica para todo buen coche: diseño llamativo y futurista. No obstante, obvió por completo consultar la opinión del público, por lo que no se validó la deseabilidad del producto. Ante la incertidumbre, las altas expectativas jugaron en su contra. Otro efecto que tuvo el Edsel es que entorpeció la línea de producción de los Ford y Mercury al fabricarse en conjunto con ellos. Los Simpson tienen un episodio haciendo parodia a este infame coche.
Menos no siempre es más
Peek era un teléfono (aunque no podías hacer llamadas) que servía exclusivamente para usar el correo electrónico. De él se desprendió en 2009 Twitter Peek, un Peek dedicado enteramente a Twitter, si bien de forma limitada. No mostraba bien los tuits ni cargaba todas las imágenes. No se podía crear una cuenta, pues no tenía navegador, ni subir imágenes a los tuits. A pesar de no ofrecer algo mejor que la competencia, la empresa mejoró un poco al lanzar Peek 9, que incluía más redes sociales. Si no habrá calidad, ¿para qué cantidad?
Ruedas de entrenamiento de otras ruedas
El Segway era un vehículo similar a una patineta fácil de maniobrar, ya que se balanceaba de forma automática; permitía desplazarse distancias cortas y medianas. Lanzado en 2001, resultaba poco práctico por su tamaño, peso y precio. Tal como hemos visto en películas, era más habitual verlo utilizado por policías y guardias de seguridad. Este concepto de un vehículo ligero abrió paso a los e-scooters, los cuales resultan mucho más atractivos al público general. A veces hay una buena idea dentro de una menos óptima.
Cuando protocolos no hay, los fallos irradian
Una historia muy sonada, hasta trillada, que ha cimentado un miedo irracional a la energía nuclear, pero de la que se puede aprender. EL 25 y 26 de abril de 1986, la famosa planta nuclear de Chernóbil tuvo un fallo que desató una explosión que volvió inhabitable la zona cercana debido a la alta radiación, la cual incluso viajó miles de kilómetros alcanzando distintos lugares de Ucrania, Rusia y Bielorrusia. En la Unión Soviética no existían organismos que regularan estas instalaciones. Hoy en día no podría repetirse tal incidente gracias a los protocolos de seguridad, lo que recalca la importancia de tomar precauciones.
La consola antes del consuelo
Para los amantes de los videojuegos será curioso recordar que Apple quiso adentrarse en este mercado con una consola que tenía el mismo sistema operativo de las Mac. Pese a ser de las primeras consolas con mando inalámbrico, la publicidad la hizo parecer una computadora. Con un precio de 599 dólares, siendo la alternativa de la época más barata, solo llegó a vender 42 mil unidades, cuando se esperaban 300 mil.
Hay que tomar en cuenta que esto fue en 1996, muchos años antes de que Steve Jobs presentara el iPhone al mundo.
Amartizaje fallido
Una sonda espacial se perdió a pocos minutos de aterrizar en Marte. El proyecto estaba destinado a buscar señales de agua en forma de hielo. Un error de programación provocó que se apagaran los motores antes de tiempo y se estrellara contra la superficie en diciembre de 1999; al día de hoy los restos siguen sin encontrarse. Errores de cálculo tan pequeños como este pueden costar una fortuna, por lo que siempre hay que estar a la vanguardia en tecnología para mitigar los riesgos.
Descontinuado en un parpadeo
El Concorde era el avión comercial más rápido del mundo; era capaz de superar la velocidad del sonido sin dificultad. El 25 de julio del 2000, en París, la pista de aterrizaje no había sido despejada correctamente; una tira de titanio que pisó el Concorde afectó uno de sus motores causando una explosión. Por fortuna, el piloto a cargo maniobró la aeronave para evitar el menor daño posible tras el impacto. Fue el primer y último accidente del avión supersónico. Los costos elevados para mejorar su seguridad lo hicieron nada rentable ante las dudas del público.
Ceder a la presión
Titán era un sumergible destinado a transportar turistas para explorar el Titanic. OceanGate, la empresa responsable del Titán, omitió realizar pruebas y certificaciones externas de seguridad con tal de iniciar operaciones más pronto. El submarino estaba hecho de fibra de carbono, un material poco apto para soportar la presión del agua como se pretendía. El 18 de junio de 2023, a 600 metros de la proa del Titanic, el sumergible implosionó acabando en una fracción de segundo con la vida de toda la tripulación. Esto deja de lección que es mejor demorar el éxito en favor de la seguridad.
Digerible, pero imperdonable
Por casi cuatro décadas los dirigibles fueron la sensación aérea. El Hindenburg era uno alemán que estaba relleno de hidrógeno, un gas altamente inflamable. Estados Unidos era el único país que producía helio, uno más apropiado para estos gigantes. En 1937, durante una noche tormentosa, el Hindenburg se prendió en llamas cuando estaba por aterrizar en Nueva Jersey, Estados Unidos. La aeronave llegaba de Alemania; el presidente Roosevelt mandó condolencias a Hitler por las pérdidas civiles. No fue el peor accidente con un dirigible, pero sí el más popular y el que lo quitó de la vista pública.