Tu siguiente paso: jardinero entre cuatro paredes
Este es el mejor momento para inaugurar un nuevo “yo” que tal vez no conocías: el jardinero en casa.
Hay una planta para todos. Si eres un conocedor, ya sabes cuál es tu preferida (a nosotros nos encanta el tronco de Brasil); si no, entonces te será fácil encontrar una que te fascine.
Puedes comprar plantas en tu vivero más cercano. Para no romper el #QuédateEnCasa, es muy posible que ofrezcan servicio a domicilio o que puedas pasar por ella en tu coche, con todas las precauciones de distanciamiento. Además, recuerda pedir tierra y fertilizante. En los mismos viveros venden macetas bonitas que lucirán bien con tu planta.
Lo más importante es el siguiente paso: ¿qué tipo de planta es la que le conviene a tu casa? Puees googlear “plantas de sombra” para ver cuál es la que más te gusta y la que más se adecúa a tu hogar. Una de las cosas buenas del confinamiento es que estamos todo el día en casa y podemos observar cómo se mueve la luz del sol por los cuartos. Toma en consideración que muchas de las plantas de sombra, como lo dice su nombre, no son adecuadas para tener los rayos de sol directos porque se pueden marchitar rápidamente.
Otra cosa importante: las mascotas. Si tienes perros o gatos (u otro animal que merodee por tu hogar), es bueno no comprar plantas que sean tóxicas si se ingieren.
Una vez que tengas tu planta (o tus plantas) en una maceta bonita, es momento de empezar a regarla, aunque no es tan sencillo como parece. Si las hojas de tu planta se tornan amarillas, lo más probable es que sufra estrés por humedad. Para saber si está regando demasiado o muy poco, toca el suelo. Si está mojado y has estado regando mucho, tu planta está muy regada. Si el suelo está seco al tacto y ha estado regando con moderación, está bajo agua.
La solución es simple: modifica el horario de riego y riega con más frecuencia o con menos frecuencia de lo que ha sido. Si necesita ayuda en este frente, prueba con un medidor de humedad. Puede mostrarle qué tan húmeda está la tierra.
Y no olvides: háblale a tus plantas. Hay estudios que dicen que “disfrutan” de los cumplidos… pero también te puede servir a ti.