El nuevo lujo: arte digital
“Everydays –– The First 5000 Days” del artista Beeple rompió el récord de precio al ser la primer obra de arte digital en venderse en $69 millones de dólares en una subasta de Christie’s. Es un collage creado con todas las imágenes que el artista ha subido diario a internet desde el 2007. La venta de esta pieza que solo existe digitalmente –se entregó un archivo JPG al comprador–, llegó a quedar en el tercer lugar histórico, en una subasta de una obra por un artista vivo, con un precio solo debajo de obras de Jeff Koons y de David Hockney. ¿Qué significa que un archivo JPG valga tanto? ¿El arte debería ser tangible o no?
Beeple, el autor de esta obra, es un artista que ha colaborado con cantantes como Justin Bieber y Katy Perry, además de con la marca Louis Vuitton. Su estilo es crear software con un comentario irreverente de nuestra vida en el siglo XXI. El collage “Everydays…” fue subastado como un NFT (“nonfungible token” en inglés), que quiere decir que los compradores no tienen los derechos sobre la obra ni son dueños de esta, sino que compran los derechos de presumir que ellos tiene el archivo auténtico –a pesar de que haya miles de copias en el internet. ¿Entonces por qué les interesa tanto comprarla?
Todos entendemos cuando es un objeto único como una obra de arte clásico con una sola copia o incluso una tarjeta de beisbol de colección, pero en este caso el valor tiene que ver con el futuro del momento actual tecnológico.
Los compradores de obras de NFT pagan por tener los derechos de la copia oficial que al hacerse la compra mediante una red de cripto-monedas, crea una especie de récord público permanente, una certificación de autenticidad que no puede alterarse ni borrarse. Es una movida inteligente por parte de los creadores digitales que lograron encontrar conectar con su audiencia y venderse con menos intermediarios.
Sin importar si es una tendencia pasajera o una nueva forma de arte con un alto valor en el mercado, el precio de venta y la forma de pago hicieron historia y es entendible querer ser parte de este momento.
Según The New York Times, los compradores de este tipo de obras son por lo general de dos tipos: coleccionistas y fans que quieren presumir un objeto innovador que pocos podrán tener. Y oportunistas que buscan ganar en criptomonedas cuando suban los precios. Otros creen que es un nuevo y entretenido mercado que mezcla apuestas, innovaciones digitales, coleccionistas e inversiones.
Esto también abre la posibilidad de un segundo uso a las criptomonedas que viven entre altas y bajas y que parecían no tener un uso más que comercio de divisas. El valor de este tipo de moneda ha estado creciendo sin medida, llegando el mes pasado a más de 1 trillón de dólares, apoyado por inversionistas de Tesla. Sumamos esto al valor actual de las piezas de arte NFT y es entendible porque el precio está fuera de sincronía con el mercado del arte regular.
Y los coleccionistas están poniendo atención. N.B.A Top Shot, es un nuevo mercado con “clips” que son el equivalente digital de las tarjetas de beisbol y que para marzo 2021 había vendido 345 millones de dólares en criptomonedas. Jack Dorsey, el CEO de Twitter está por vender un Tweet en una subasta con el mismo formato de NFT. Puede ser que estemos ante una innovación que al inicio parece una tontería pasajera y años después se establece. Pensemos en Facebook o Airbnb y “pagaremos por ver” qué sucede.