Una madre te cuida sin importar donde estés
Una frase que aunque podríamos creer que es cierta en cualquier caso, no es así. Los hijos e hijas de madres reclusas que viven de cero a tres años en centros penitenciarios viven una experiencia comprometida que limita su desarrollo óptimo. Preocupadas por qué podrían hacer para mejorar esta situación, estas dedicadas udemitas crearon Mami te cuida.
Este programa para madres recluidas en el Centro de Reinserción Social Femenil en Escobedo consiste en un conjunto de sesiones presenciales basadas en la teoría de aprendizaje experiencial. El propósito es enseñar y practicar conocimientos básicos que abarquen los primeros tres años de vida. Su misión es prevenir que tengan dificultades psicológicas en el futuro por la falta de estimulación oportuna, menor desempeño cognitivo y desórdenes sociales o emocionales, así como problemas motores o sensoriales.
Fue creado a partir de un PEF por Andrea Paola Ríos Suárez y Andrea Carolina Nieto Córdova, de la Licenciatura en Psicopedagogía, y Mariana Romero Matamala, de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, en la UDEM en el pasado semestre Otoño 2020. Para lograrlo, hicieron una investigación exhaustiva de las teorías del desarrollo humano de la primera infancia, examinaron el contexto penitenciario, entrevistaron a expertos en el tema y compararon con programas existentes.
Al desarrollar el proyecto, Andrea Ríos comentó, en entrevista con la UDEM, que todas las madres que están en encierro saben y reconocen su situación, y que no es lo mejor tener a hijas e hijos dentro de una prisión, “todas tienen ganas de hacer algo por los niños, pero no tienen las herramientas. Algo que nos partía el alma es que los niñitos se refieren a las madres por su apellido, como lo hacen los funcionarios”.
Con esa dura realidad, quisieron encontrar cómo conseguir un sentido de maternidad colectiva en el que todas las madres que estén en esta situación, tengan una unión entre ellas por su maternidad simultánea. Además, esperan pronto poder formalizar el nombre, sacar una patente o marca, implementarlo en otros reclusorios y por supuesto, hacer las modificaciones necesarias para mejorar el proyecto y que pueda expandirse para tener un impacto mayor.
¿Y cuál fue su inspiración para dedicarse a esto? “Me siento muy contenta de haber sido parte de esta comunidad tan humanista y que te acoge sin dudarlo; los docentes y la comunidad UDEM te inspiran a ir más allá de tus capacidades y ayudar a quienes más lo necesitan, sobre todo a estar convencida que la ayuda que otorgues contribuye hacer una mejor sociedad, un mejor país”, contestó Mariana Romero.