Anatomía de un narcisista
Por Nicolás Campodónico, profesor UDEM y Director de Programa Académicos en Psicología
El narcisismo es un concepto complejo e intrincado con múltiples acepciones en las distintas teorías que hablan sobre él. A veces se utiliza este término como si se refiriera a una determinada forma de ser, caracterizada por la superficialidad y llamar la atención, mientras que en otras ocasiones se habla de un tipo de trastorno psicológico.
Según el Manual Norteamericano de Trastornos Mentales (DSM IV), la personalidad narcisista atiende al menos a cinco de las siguientes manifestaciones: sobrestimación de la propia valía, excesiva necesidad de admiración, constantes fantasías de éxito y de poder, sentimientos de ser especial con respecto a los demás, creencia de derecho adquirido o de que merece un trato especial o se le debe todo, explota a los demás para conseguir sus fines, carece de empatía o capacidad de ponerse en el lugar del otro, sentimientos de envidia hacia los demás o creencia de que es envidiado, actitud arrogante y prepotente.
Pero claro que al hablar de narcisismo encontramos el narcisismo “sano” y el narcisismo patológico, entendido este último como trastorno narcisista de personalidad, el cual no es tan común como uno piensa. Se sospecha que una persona presenta este trastorno cuando sus rasgos de personalidad propiamente narcisistas le impiden llevar una vida funcional y adaptada. Ahora bien, la cuestión es cómo diferenciar entre narcisismo funcional y narcisismo patológico.
De esta forma, debemos tener en cuenta ciertos aspectos disfuncionales del narcisismo patológico, como por ejemplo: tendencia a usar a los demás como una herramienta para los propios fines, incapacidad absoluta para encajar las críticas, alto grado de malestar ante la idea de no contar con la admiración y aprobación de los demás, tendencia a la competitividad excesiva, sobrevaloración extrema de las propias habilidades y aptitudes.
Una pregunta importante sería: ¿cómo manejar a un narcisista o manejarse ante un narcisista? Tener una relación con un narcisista puede convertirse en algo muy estresante y angustiante. En su ansia de control y admiración, las personas narcisistas pueden manipular y explotar a los demás, dañando la autoestima. Discutir con un narcisista sobre su forma de tratar a los demás es tarea inútil porque no van a ser conscientes del daño que provocan.
Por ello, una de las mejores soluciones es establecer límites y distanciarse emocionalmente de este tipo de personas. Debemos reconocer que no siempre podemos manejar nuestros sentimientos acerca de una persona, pero sí podemos controlar cómo responder a su forma de comportarse. Muchos optan por cortar los vínculos que los atan a una pareja, un familiar o un jefe narcisista. Sin embargo, a largo plazo lo más recomendable es hacer lo posible para que acudan a terapia, que si bien es difícil pero no imposible.