Cultivar la gratitud
Por María Guadalupe Moreno, profesora UDEM de la Escuela de Medicina
Según el diccionario de la Real Academia Española, la gratitud se define como: “Sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer”. Los antiguos filósofos griegos la consideraban una virtud, por lo que Marco Tulio Cicerón orador, político, escritor romano y filósofo Ecléctico (106AC- 43DC) menciona: “La gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás”. Los filósofos renacentistas afirmaban que “la gratitud” es una virtud que fortalece los lazos con los demás; y Benedicto de Spinoza (1632-1667), filósofo del siglo XVII, escribió al respecto que “La envidia hace que uno se sienta miserable por lo que no tiene; el agradecimiento hace que uno se sienta feliz por lo que tiene”. Los filósofos occidentales consideraban a la gratitud como un acto moral que fomenta la conexión entre las personas y contribuye a una mejor sociedad. Asimismo, Immanuel Kant (1724-1804) filósofo alemán, consideraba que “la gratitud” era un deber moral y argumentaba que: “Debemos mostrar gratitud hacia aquellos que nos han ayudado o brindado regalos, ya que es una expresión de reconocimiento por su humanidad y su capacidad para la acción moral”.
La gratitud se consideraba exclusiva del campo de la filosofía hasta el año de 1999, cuando Martin Seligman realizó estudios sobre cómo interviene la gratitud en los aspectos fisiológicos que afectan el desarrollo y mantenimiento de la salud. En la psicología positiva la gratitud es considerada una fortaleza psicológica y una emoción positiva, que impactan en la motivación y capacidad del individuo. El fomentar la gratitud junto con otras emociones positivas como la satisfacción vital, optimismo, esperanza, vitalidad y la percepción de felicidad, pues favorecen a una vida más plena y significativa.
Actualmente podemos considerar a la gratitud como una “Filosofía de Vida”, y reconocer cosas increíbles que nos suceden, aún en el centro de las dificultades.
Al adoptar esta perspectiva e implementar la gratitud de manera habitual, podemos visualizar que aún en la adversidad existe la bondad y belleza en la vida que debe ser valorada y celebrada.
Entonces, ¿por qué es importante la gratitud en esta época decembrina y en el resto del año?
La gratitud es la condición y cualidad de ser agradecido y consiste en apreciar los aspectos no materialistas de la vida y la voluntad de reconocer que los demás desempeñan un papel en nuestro bienestar emocional. Es una manifestación de correspondencia voluntaria expresada de forma escrita, verbal o con gestos en atención a un beneficio recibido. En muchos países existen en la temporada decembrina una serie de ritos religiosos o de reuniones para las convivencias familiares, escolares o laborales con actividades en donde se comparten alimentos, bebidas e intercambian regalos, para celebrar el nacimiento de Jesús.
La gratitud debe reconocer todo aquello que los demás están haciendo por nosotros al convivir y compartir. Individualmente, deberíamos tratar de reconocer y valorar todo lo que tenemos como salud, empleo, alimento, y como parte de nuestro agradecimiento por lo recibido, el apoyar a los más necesitados; lo que nos conectará con sentimientos de satisfacción y evolución personal.
Razones por lo que debemos ser agradecidos con lo que tenemos:
• Permite conectar favorablemente con nuestro medio y valorar a los demás.
• Nos hace resilientes.
• Aumenta la capacidad de aceptación personal y permite construir una autoestima saludable.
• Promueve los niveles de generosidad, empatía y altruismo.
• Aumenta la longevidad.
• Libera emociones negativas y mantiene la salud mental.
Recomendaciones para practicar y fomentar la gratitud
• Escribir una nota agradeciendo, expresando por qué aprecias y qué significa para ti esa persona.
• Tener un cuaderno de notas para poner 2 o 3 cosas diarias, por las cuales estés agradecido.
• Meditar u orar en la mañana o la noche para dar un espacio de reflexión al día.
• Enfocarse de manera positiva, centrarse en las cosas buenas que nos rodean, buscar lo positivo aún en la desventura.
• Ser generoso ayudando a los demás ya que le da sentido a la existencia.
Realizar cualquiera de estas cosas consistentemente, al menos 21 días, traerá efectos positivos a tu vida.