Drivers of Change: estudiantes que mejoran al mundo

Si crees que primero debes graduarte para empezar un cambio positivo en el mundo, piensa de nuevo. En su segundo semestre, Erick Alanís vio el potencial de crear un proyecto para beneficiar a locales y extranjeros. Conoce su aventura en esta entrevista exclusiva que nos dejó boquiabiertos.

¿Cómo empezó Drivers of Change?

Itziar y yo viajamos, en segundo semestre, a la Universidad de Elon, en Carolina del Norte (EUA). La visitamos porque era la que más compromiso cívico tenía gracias a un programa interno. Descubrimos que este era un conjunto de proyectos internacionales de asistencia social con generaciones interdisciplinarias. Nos inspiró de inmediato a tropicalizarlo para las necesidades de la UDEM.

Lo desarrollamos entre clases y dos años después, el 15 de diciembre de 2015, se aprobó Drivers of Change: un programa institucional, de honores y apoyado por la universidad, además de ser transversal entre las vicerrectorías de Desarrollo y la de Educación Superior. ¡Logramos tener a todas las escuelas juntas! Cuando lo presentamos tuvo tal éxito que otras universidades querían comprarlo, pero decidí que se quedara en exclusiva para la UDEM, que me contrató como colaborador institucional para operarlo de manera interna.

¿Cómo funciona esta mezcla entre todas las carreras?

Los alumnos enfocan cinco materias de su carrera, desde el primer semestre, a los proyectos de Drivers of Change, además de tener campamentos, tutores y visitas que los preparan. Los proyectos en los que participan no tienen que estar ligados a su carrera, cada uno aporta desde su trinchera sus conocimientos y esto lo hace muy rico en la parte interdisciplinaria.

Trabajan en equipos en dos proyectos por generación: uno a nivel nacional y otro internacional. Al ser adicional a la carrera, cuenta como una doble titulación y se considera como su servicio social. Y el 50% del costo del programa es parte de un fondo de becas para que otros estudiantes puedan participar. Así, los Drivers generan futuros Drivers.

Cuéntanos un poco de los proyectos que se han hecho…

Un proyecto nacional es con el Patronato de la Huasteca Potosina y lo lleva la tercera generación. Van a trabajar en el empoderamiento de la cultura y creación del ecoturismo en la Huasteca porque ahorita no es de nadie. De hecho, varias personas del consejo de la UDEM están participando en esto.

La tercera generación también está involucrada, en lo internacional, con un campo de refugiados en Zambia, un proyecto que tiene alianzas muy interesantes con la división de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

¿Cómo se decide qué problemática atender y con cuál empresa o patrocinador puede trabajar Drivers of Change?

Tenemos una lista de empresas que buscan trabajar con nosotros y ponen los proyectos. También nos apoyamos en los contactos externos y en la Vicerrectoría de Desarrollo de la UDEM, quien nos ayuda con este tema.

En el caso de los nacionales, los alumnos del programa deciden a cuál entrar. Pueden seguir con los que dejan las generaciones anteriores o entrar a nuevos proyectos que les dan los mentores internos de la UDEM, o los padrinos (como Agustín Landa y Alejandro Villarreal) y madrinas (como Martha Herrera).

¿Qué quieres lograr con Drivers of Change?

Queremos generar ciudadanos globales que sean líderes en innovación y emprendimiento social, a través de la academia y el seguimiento personal. Buscamos el crecimiento personal de cada alumno, creo que es básico crear esta cultura de inteligencia emocional.

Vamos por buen camino. En 2017, con solo dos años, Drivers of Change fue nombrado uno de los “21 casos de innovación educativa a nivel México” por la organización Ashoka, un reconocimiento a los programas formativos más innovadores y con mayor impacto en América Latina. ¡Fue muy inesperado! Apenas estábamos empezando y no teníamos un proyecto concreto.

¿De qué forma crees que el proyecto ayuda a inspirar tu mejor versión y la de los alumnos?
Al estar en el programa, lo que te inspira es ver las diferentes áreas de tu vida. Tenemos una “rueda de la vida” con aspectos tanto de escuela, como personales, sentimentales y psicológicos, que los ayudan a conseguir esta inteligencia emocional. Necesitas estar bien contigo mismo para ayudar a los demás.