El diablo que apareció en México

José Javier Ponce de León Eyl aprendió que el diablo es un personaje que influye mucho en la literatura. Él explica que es parte del escenario mexicano del siglo XIX y su narrativa refleja la inestabilidad, la incertidumbre social y política, especialmente tras el movimiento de Independencia, como lo explica en su trabajo “El diablo en el contexto social y literario mexicano del siglo XIX: un estudio del personaje Rugiero en El fistol del diablo”.

Esta investigación es el PEF de José para graduarse de Licenciatura en Letras, en el que quiso explorar el lado más intelectual de este personaje.

El diablo en el folklore mexicano es un ícono popular del juego de lotería, la parte pícara de las pastorelas y tiene un magnetismo irresistible en series y películas. En la literatura, su origen es de un héroe rebelde que aparece cuando se le necesita y que, irremediablemente, representa el mal.

Su primera aparición como figura literaria fue en la novela mexicana “El fistol del diablo”. Esta obra de Manuel Payno de 1845 fue la selección de José para entender su función como un agente que preserva el vicio y las malas costumbre de su época. Y como lo explicó el graduado de Letras, mientras más desgracias pasa el ser humano, más se aparece y se le “olvida” cuando supera sus retos.

Su apariencia, como la describe Rugiero, es la de un hombre elegante y agradable, con finos trajes y siempre a la moda, pero de tez pálida, ojos negros y largos pies, características típicas del diablo y que se encuentran también en las leyendas del charro negro y el diablo catrín. Su oficio es de comerciante y es un viajero frecuente, haciendo evidente que es cosmopolita y adinerado. Lo que suma a su atractivo y coqueteo con el cine.

“Payno hereda de los románticos la visión de un diablo dotado de sentimientos humanos, un diablo que se revela heroicamente contra el plan divino y se mezcla entre los hombres luego de su trágico destierro del reino de los Cielos (…) y se pronuncia ya no en contra de la fe cristiana, sino contra los valores de la sociedad”, comentó José en entrevista con la UDEM.