El fin de Hollywood y su club de Toby, ¿será?
Ante #OscarsSoWhite y otras polémicas, un golpe de timón en 2020 hará que Hollywood sea más diverso y que ya no sea tierra de hombres blancos. Un artículo con algunas preguntas… y muchas respuestas.
Por naturaleza, los seres humanos somos ávidos productores y consumidores de historias. En la mayoría de las ocasiones, ocupamos nuestro tiempo libre para escuchar relatos ya sea en canciones o audiobooks, leyendo libros, viendo historias en plataformas de streaming como Netflix o Amazon Prime, o en los cines tradicionales (con sana distancia).
Usualmente, en las historias que consumimos, buscamos vernos reflejados o identificados. ¿Cuántas veces no nos ha pasado que tenemos un personaje favorito, pero no tenemos ni idea de por qué lo es? ¿Por qué vemos en alguna película alguna figura que nuestros amigos dicen que es nuestro clon? ¿Te ha tocado ver alguno que comparta tu mismo género, raza y aspiraciones?
Si bien la primera pregunta es fácil de contestar, las últimas dos son preguntas trampa: mientras algunos pueden contestar con un sí seguro, otras personas tal vez responden que es muy raro ver en una película mainstream algún personaje o historia que logre reflejarlos siquiera un poco.
Y así, como las películas que vemos cada fin de semana (casi) no nos representan, muy probablemente tampoco representan lo suficiente a comunidades diferentes a la nuestra, pero con las que posiblemente compartimos la categoría de minoría. Antes de explicar qué son las minorías, debemos analizar los premios Oscar, La Sirenita y Campanita.
¿LOS OSCAR, LA SIRENITA Y CAMPANITA?
Sí, los premios Oscar son la principal razón de este artículo. El 8 de septiembre de 2020, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de EUA publicó en su página oficial una serie de cláusulas de inclusión y representación que deben cumplir los filmes que aspiran a ser candidatos por las estatuillas importantes, como Mejor Película. Las nuevas películas deben cumplir por lo menos con dos de los cuatro estándares que incluyen cuestiones como la representación, temas y narrativas en pantalla, el liderazgo creativo y el equipo involucrado, el acceso a la industria y el desarrollo de la audiencia. En los próximos años, que no nos sorprenda ver el surgimiento de caras nuevas en Hollywood (actores, actrices, directoras), así como una mayor diversidad detrás de escenas.
Por otra parte, están la Sirenita y Campanita (Tinkerbell, para las novísimas generaciones). Estos dos personajes de nuestra infancia están en la polémica desde que se anunció que Halle Bailey y Yara Shahidi darán vida a los personajes de Disney en sus live action. ¿La polémica? Son negras. En este caso (sin exagerar), la mayoría de nosotros vimos inundadas nuestras redes sociales de opiniones sobre esto, tanto a favor como en contra.
Podría decirse que estos argumentos en contra, entre muchos, giran alrededor del eterno debate sobre si es necesaria o no la representación de las minorías en el cine mainstream. Los principales en contra de este casting incluían puntos como que solo se trataba de una estrategia de marketing, en lugar de un verdadero deseo por una mayor diversidad en la gran pantalla; otros argumentos se basaban en que Disney ya tenía historias que protagonizaban personajes de color como Mulán, Pocahontas y Jasmín (de Aladdín), por lo que no era necesario “forzar la diversidad”, con el fin de cumplir una supuesta cuota de representación; algunos se montaban en que, si hubiera sido al revés —es decir, si uno de estos personajes de color hubiera sido protagonizado por una persona blanca—, los que defienden la participación de Bailey o Shahidi hubieran estado en contra; y no faltó la que tuiteó sobre cómo esta decisión arruinará las historias que marcaron las infancias de muchos (spoiler alert: no, no lo hará).
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