El papel de la tecnología en la salud mental
Por Vanessa Rodríguez, gerente del Centro de Bienestar UDEM
En la era digital en la que vivimos, la tecnología ha irrumpido en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, incluida la atención de la salud mental. Desde aplicaciones móviles hasta plataformas en línea, emerge un horizonte prometedor que redefine la forma en que abordamos y gestionamos el bienestar emocional. En la intersección de estas dos esferas, la tecnología parece ser un gran aliado, capaz de ampliar el acceso, mejorar la eficacia y fomentar una mayor comprensión de los desafíos y las soluciones en el ámbito de la salud mental.
En primer lugar, la tecnología ha facilitado el acceso a la atención de la salud mental. Anteriormente, la búsqueda de ayuda podía ser intimidante o inaccesible para muchos debido a barreras geográficas, financieras o estigmatizantes. Sin embargo, con el advenimiento de las aplicaciones y plataformas en línea, ahora es posible acceder a recursos y apoyo desde la comodidad y privacidad del hogar. Esta accesibilidad ampliada es fundamental para abordar las disparidades en la salud mental permitiendo que nadie, o cada vez menos individuos se queden atrás en la búsqueda del bienestar.
Por otro lado, la tecnología ha permitido la personalización y la autoadministración de la atención de la salud mental. Las aplicaciones y herramientas digitales pueden adaptarse a las necesidades individuales de los usuarios, brindando programas de intervención que se ajustan a sus preferencias y objetivos específicos. Esta capacidad de personalización no sólo empodera a los usuarios para que tomen el control de su decisión por su propio bienestar, sino que también optimiza la eficacia de las intervenciones al adaptarse a las necesidades únicas de cada persona.
Otro aspecto fundamental es el papel de la tecnología en la recopilación y el análisis de datos. A través de dispositivos portátiles y sensores biométricos, ahora podemos recopilar datos en tiempo real sobre el bienestar físico y emocional. Esta información proporciona una visión invaluable sobre los patrones de comportamiento y las tendencias emocionales de los individuos, lo que permite una intervención temprana y personalizada. Además, el análisis de big data en el campo de la salud mental puede ayudar a identificar correlaciones y predictores de salud mental, allanando el camino para una intervención preventiva más eficaz.
Sin embargo, aunque la tecnología ofrece un vasto potencial para transformar la atención en salud mental, también plantea desafíos y consideraciones éticas importantes. Es importante reconocer que la tecnología no es un sustituto de la intervención humana en la salud mental. Si bien las aplicaciones y las plataformas en línea pueden ser herramientas poderosas de autocuidado, la relación terapéutica entre el paciente y el profesional de la salud mental sigue siendo fundamental e insustituible demostrada por recientes estudios que determinan que la digitalización ha creado una brecha entre la salud mental y el bienestar. La tecnología debe utilizarse como un complemento para mejorar la accesibilidad, la eficacia y la personalización de la atención, pero siempre dentro de un marco ético y con un enfoque de apoyo o soporte centrado en el paciente.
En conclusión, la tecnología ha revolucionado la forma en que abordamos la salud mental, proporcionando nuevas oportunidades para la prevención, la intervención y el apoyo vista como un socio estratégico que integre de manera inteligente las innovaciones tecnológicas con las mejores herramientas prácticas y terapéuticas para la búsqueda del bienestar holístico. No obstante, para aprovechar plenamente su potencial, es crucial mantener un enfoque equilibrado que integre armoniosamente la tecnología con la atención humana.
En el Centro de Bienestar de nuestra prestigiosa Universidad estamos utilizando estratégicamente la tecnología. ¿De qué manera? Hemos centralizado en un solo punto más de 250 recursos gratuitos para la comunidad que abraza las 8 dimensiones de nuestro Modelo de bienestar. Todo esto se encuentra en el portal digital de bienestar. A la par, también estamos realizando un proceso de evaluación del nivel de bienestar en nuestra comunidad por medio de tamizajes. Con esta información podemos desarrollar estrategias más aterrizadas al contexto de nuestros estudiantes y colaboradores, para fomentar el bienestar de una manera más adecuada.