El problema con las apps de mensajes… explicado
Que si WhatsApp es inseguro, que si Facebook se roba todos tus datos y todos deberíamos de mudarnos a Telegram o a Signal. Este es el tema del momento, pero ¿es cierto?
Desde la semana pasada, por todos lados nuestros amigos nos bombardearon con noticias y anunciaron que dejaban WhatsApp. Naturalmente, en los grupos surgió la discusión.
La realidad es que entramos a este juego de (no) privacidad desde que abrimos nuestra primera red social. La diferencia es que ahora nos dijeron “amiga, date cuenta”.
Antes de que te entre más miedo de que tu privacidad es invadida por Mark Zuckerberg y busques en tu cajón tu Nokia que no sea smartphone, calma. Hay que entender qué información guardan y para qué la utilizan.
Que las redes sociales sean gratuitas quiere decir que deben ganar dinero de algún lado y ahí es donde entran tus datos. Todo esos anuncios que nos acosan se apoyan justo de tus likes, tu historial de compras, lo que compartes y tu ubicación. Esta recolección de datos sirve para que puedan anunciarte mejor, generar más compras y eso es lo que venden a otras compañías: un estudio de mercado al que todos entramos voluntariamente.
Si quieres saber exactamente lo que guardan las principales apps de mensajes, aquí está la lista.
Como podemos ver, de la que más deberíamos cuidarnos es Facebook Messenger, pero tampoco hay que ser inocentes, WhatsApp fue comprada por Facebook, por lo que los datos que guardan pueden ser compartidos con Facebook y, como ya sabemos cómo va esa historia, es entendible tener miedo a que se filtre.
WhatsApp ha recolectado esa información desde 2016, solo que ahora nos avisaron que lo hacen. La mayoría de lo que guarda es para mantener su uso, como está en la tabla anterior. Y sí, nuestros mensajes son seguros. No caigas en las FAKE NEWS de que podría leer nuestras nuestras conversaciones y ventanearlas en un post en Facebook ni que nos van a perseguir por lo que decimos. Si alguna vez te has fijado, cada vez que empiezas una conversación, aparece un mensaje arriba de que menciona el “end-to-end encryption”, esto quiere decir que se codifican los mensajes para que ni siquiera WhatsApp los pueda leer. Lo que cambió es que Facebook quiere hacer que WhatsApp sea un lugar donde puedas chatear con negocios –de nuevo, de algún lado tiene que caer el dinero– como con una aerolínea para ver que puedes hacer si pierdes un vuelo.
Esta nueva posibilidad comercial los llevó a notificar a los usuarios sobre los cambios en su privacidad y es un paso más que une los anuncios y uso comercial entre Facebook e Instagram con WhatsApp. No lo supieron explicar así de sencillo creando mucha desinformación y miedo.
Miles de usuarios que huyeron a Telegram y otras. En un intento por calmar la situación y lograr que se queden esos usuarios, WhatsApp anunció la semana pasada que retrasará el plazo para aceptar este actualización hasta el 15 de mayo de 2021.
Y, si vamos a meditar eso, de paso, deberíamos saber que las más invasivas son Facebook y Google. En ambas, tenemos la opción de prevenirlo, simplemente debemos ir a ajustes y quitar todo lo que no queremos… o si prefieres, borrar tus cuentas.
Lo más importante de todo es entender las reglas del juego. Estamos sujetos a las políticas de las compañías que pueden cambiar en cualquier momento. No todo es en contra de nosotros, el algoritmo de estas conspira sobre todo por nuestro dinero más que por compartir conversaciones íntimas.
Es parte de un riesgo que asumimos al no leer las políticas de privacidad, pero del que también obtenemos beneficios. Lo que debemos aprender de todo esto es a cuidar qué tanto compartimos de nuestra vida privada, ya sean fotos, información sensible como contraseñas o datos, tu ubicación en todo momento o tu actividad de búsqueda.
Recuerda: si aún no te sientes cómodos en escribir ese mensaje, qué mejor que hacer una llamada por teléfono fuera de las apps.