El viaje del héroe

Por: Néstor Moctezuma, coordinador de Espiritualidad (DEUS)

Hace algunos años, durante la vigilia en Copacabana, Río de Janeiro, escuché un mensaje que ha marcado mi vida y me ha llevado a pasar por un proceso de transformación y renovación personal, profesional y familiar. El mensaje fue dirigido a los jóvenes por el papa Francisco, haciendo una fuerte invitación: “No se metan en la cola de la historia. Sean protagonistas, jueguen y pateen adelante, construyan un mundo de justicia, de amor, de fraternidad, de solidaridad”. Y dentro de esta utopía de un mundo de fraternidad que anhelamos y deseamos profundamente, es posible acercarnos al cómo dando el primer paso. Mahatma Gandhi decía: “Si quieres cambiar un pueblo, empieza por ti mismo”. Y justo aquí es donde comienza el viaje para descubrir al héroe que habita en ti. Ahora, ¿qué determina nuestro camino de transformación, de evolución? Hay distintas teorías y una de ellas es la propuesta por el escritor Joseph Campbell, quien describe, en una estructura de 17 fases, un camino de desarrollo personal llamado “El viaje del héroe”, que vivimos cada uno de nosotros en diferentes momentos de nuestras vidas. Para ejemplificar este camino hablaremos de David.

DAVID Y SU GOLIAT

Cuando David platica alguna anécdota, generalmente hace referencia a una frase que lo acompaña (“en mi antiguo testamento…” o “en mi nuevo testamento…”). Esto para dar a entender que antes solía ser de una forma muy distinta a la que es al día de hoy. Gran parte de su vida, David ha hecho lo que le han dicho que tiene que hacer: sacar buenas calificaciones, dedicarse al estudio y al deporte, elegir una carrera universitaria que fuera redituable, estudiar una maestría y aspirar a llegar lo más lejos posible en una empresa. A su profesión, contador público y auditor, si bien al principio no le apasionaba, poco a poco le tomó cariño a través de sus labores, porque se desarrollaba profesionalmente, aprendía lecciones de vida muy valiosas e iba conociendo a gente que marcaría su vida. Sin embargo, dentro de su mundo ordinario, trabajando en firmas globales, empresas trasnacionales, haciendo camino en su carrera profesional, llegó un momento en el que, tras pasar largas horas frente a un monitor, se empezó a cuestionar: “¿Es esto lo que verdaderamente quiero de mi vida?”, “¿Agrego valor a las personas con las que trabajo?”, “¿Me apasiona lo que hago?”

El miedo a lo desconocido y la comodidad de lo ya dominado eran los ingredientes necesarios para no salir de su área de confort, rechazando así el llamado que sentía a realizar un giro en su vida. Sin embargo, el destino y el cúmulo de decisiones lo fueron llevando a virar hacia otras opciones. Después de un proceso vocacional y escuchando atentamente a Emmanuel, su mentor, David entendía que su nuevo puerto sería la educación, pero no tenía la menor idea de cómo sería ese nuevo reto. Una vez inmerso en su nueva profesión, dentro de la educación, se dio cuenta de que no tenía las herramientas necesarias para afrontar esta nueva faceta, se experimentaba carente de visión, ajeno al trato con jóvenes y pobre en estrategias de enseñanza-aprendizaje, al grado de querer tirar la toalla apenas comenzando. Y justo cuando más frágil y vulnerable se sentía David, su maestro y mentor, Emmanuel, le regaló unas palabras del autor John Ruskin que se quedaron tatuadas en su mente y corazón: “Educar a un joven no es enseñarle algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía”. 

En ese momento cambió totalmente la percepción de su nuevo trabajo, la pasión por el mismo, y empezó a arder en él un fuego que lo consumía; se sentía como antorcha humana, queriendo encender su vida para alumbrar la vida de todos sus estudiantes. Y es aquí donde verdaderamente se da un antes y un después, donde David decide dejar lo estudiado en su carrera para emprender la carrera de su vida.

NO HAY QUE RENUNCIAR A NUESTRA GRANDEZA 

Para ser el protagonista de tu historia, el héroe de tu propia vida, es necesario tomar decisiones que te asustan, elevar tus estándares, coleccionar cumbres. ¿Por qué? Porque las cosas fáciles te alejan del héroe que estás llamado a ser. Tienes que exigirte, cambia el “quiero” por el “tengo” que hacerlo. No es nada fácil, pero, como dice Robin S. Sharma: “Cuanto más dueño te sientas de tu poder de decisión, más poderosas serán tus decisiones”. Debes definir hasta dónde quieres llegar, qué cumbre quieres alcanzar, y una vez claro tu objetivo, traza el camino a seguir. 

En esta vereda hacia tu mejor versión te encontrarás con tentaciones, distracciones, enemigos y aliados; recuerda que todos y cada uno de ellos son indispensables en tu proceso de transformación personal, porque para que reconozcas la luz que yace en ti y en los demás, tendrás que enfrentar tu propia oscuridad y aceptar la de los demás. Al iniciar este nuevo giro profesional, David se enfrentó a quejas de algunas de sus colegas, comentarios de algunos padres de familia, pero el fuego que se avivaba cada vez más en su corazón no dejaría que lo exterior afectase el tesoro más valioso, su interior. Vivir en la luz tiene sus riesgos en una sociedad que tiende a estandarizar, a encajonar. 

Brillar supone destacar, ser protagonistas, romper moldes, traspasar lo convencional. Hemos sido domesticados para encajar y no para vivir fuera de la caja, y nos hemos convencido de que pensar, actuar y vivir diferente tienen como consecuencias la incomprensión y la soledad. ¿Cómo hubiera sido la historia si Nelson Mandela, Teresa de Calcuta, Martin Luther King Jr., Rosa Parks, Malala Yousafzai y muchos y muchas más hubieran renunciado a su grandeza? Durante los primeros dos años desempeñándose como docente, David mostró aptitudes y actitudes que le permitieron ser promovido a coordinador académico (director de secundaria), asumiendo con ello todas las responsabilidades propias del puesto. Cuando le propusieron este nuevo puesto, David pidió que le dieran oportunidad de pensarlo, y platicando con personas de su confianza, su novia y amistades cercanas, estas le decían: “¿Qué tienes que pensar? Es una oportunidad de crecimiento profesional, mayores ingresos, mejores prestaciones… Por donde quiera que lo veas, no hay nada que pensar, solo basta decir ‘sí, acepto’”. 

Lo que no entendían es que, al aceptar, sería aceptar un trabajo de oficina, detrás de una computadora —como aquel trabajo al cual decidió renunciar—. No se daban cuenta de que David se sentía pleno cuando estaba delante de un grupo, cuando tenía la oportunidad de incidir en la vida de sus estudiantes, ya sea a través de una clase, de escucharles, de orientarles, de divertirse con ellos o simplemente estar para ellos. Después de discernir qué era lo mejor, cuál sería la mejor decisión, platicó con su mentora educativa, quien, a través de escuchar atentamente a David, le ayudó a ampliar el radio de impacto a través de sus colaboradores, familias y estudiantes. 

Dicen que cuando tomas una decisión importante viene la confirmación de la misma, y en muchos momentos se presenta como prueba, pero lo que vivió David no fue una simple prueba, sino una prueba de fuego, porque le tocó remar contra corriente, romper paradigmas arraigados de años con su equipo de trabajo, confrontar en ciertos momentos y exponer con convicción las nuevas formas de trabajar en equipo.

ES MOMENTO DE INICIAR EL VIAJE 

En la vida te vas a encontrar frente a estas realidades, ya sea en tu salón de clases, en tu lugar de trabajo, en tu propia familia. Brillar, ser diferente, tener talentos o habilidades que te hagan sobresalir de los demás, generará envidia en algunas personas, las cuales intentarán robar tu esencia para que dejes de destacar. A esto se le conoce como el síndrome de Procusto. Ante estos momentos de ataque, de sentirte ajeno o que no encajas porque eres diferente, no te dejes engañar, lo único constante en la vida es el cambio, cambio de escuela, de estudios, de trabajo, de pareja, de casa, de pensamientos; por eso, si estamos vivos, permanecemos en este estado de cambio. 

Quizás habrá momentos donde queramos que todo sea como antes, tal vez desearemos volver a la normalidad, pero cada día es un nuevo comenzar, una nueva oportunidad para seguir escribiendo tu historia. Al sortear estas vicisitudes, David cayó en cuenta de que era necesario regresar a sus orígenes, cuestionarse por qué había eligido esta nueva profesión, recordar cuáles habían sido sus motivaciones más profundas y encontrarse con esa llama que guiaba sus decisiones. 

Pudo entender y abrazar que su vida es como una luz que busca y desea iluminar el camino de los demás. Por ello quiso encender la antorcha de su vida para alumbrar la grandeza de las personas que están a su alrededor, porque cuando un alma se enciende, hay menos oscuridad en el mundo. Te animo a que inicies tu viaje y encuentres al héroe que yace en ti, lo que tú puedes aportar al mundo nadie más lo hará. Atrévete a escribir tu propia historia y, en el proceso, quizá cambies la existencia de muchos. La vida que anhelas y la felicidad que buscas está solo a un paso. Ya lo dijo Joseph Campbell: “La cueva a la que te da miedo entrar contiene el tesoro que buscas”.