Emprendedores, hablemos de fracaso
Estamos rodeados de historias de éxito. De grandes ideas gestadas en cocheras, de empresas millonarias que empezaron con pocos dólares en el bolsillo, de personas que arriesgaron todo por perseguir sus sueños. La figura del emprendedor como superhéroe, que contra todo consigue sus objetivos, es un discurso común cada vez más arraigado en nuestra comunidad que nos lleva muchas veces a idealizar su viaje. En muchos casos, esta fantasía hace que la realidad nos golpee con más fuerza.
Familiarizarnos con la realidad es un ejercicio necesario para estar mejor preparados para recorrer el camino del entrepreneurship. Esta realidad está plagada de caídas, errores, obstáculos y retos, pero también de sonrisas, alegrías y logros. Para conocer mejor la realidad que nos rodea como emprendedores, les comparto algunos de los aprendizajes y experiencias que he obtenido durante mi propio viaje como emprendedora y académica.
Junto a estos aprendizajes y experiencias, los emprendedores enfrentan errores más conocidos, como la definición del mercado, la proyección financiera o la viabilidad técnica. Sin embargo, en muchos casos, los errores relacionados con nuestro lado emocional son los que pueden sabotear todo el trabajo realizado, aunque también pueden hacer la diferencia para continuar hacia adelante. En mi experiencia, aprender a lidiar con el fracaso y tomar las enseñanzas que traen consigo es la clave para levantarnos y volver a intentarlo.