La realidad virtual en la UDEM ya es real

Por Mariana Montes. Analista de contenidos de investigación. UDEM.

El reloj del campus UDEM marca las 9:45 de esta cálida mañana. La jornada parece transcurir como todas las demás: aquellos universitarios esperan el inicio del próximo periodo, otros optan por comprar café y unos más simplemente pasan el rato en compañía de sus amigos, en un momento de descanso previo al ajetreo diario.

La estampa de monotonía está a punto de cambiar: unas alumnas toman asiento al centro de El Solar. Luego, otras hacen lo mismo en Estoa y el Corredor del Pensamiento. Todas son estudiantes de las licenciaturas en Ciencias de la Educación y Psicopedagogía y cargan unas cajas con lentes de realidad virtual que proceden a colocarse. Aunque el uso de los visores no parece nada nuevo, mirar tal esfuerzo coordinado de 20 estudiantes en medio de los corredores sin duda es una vista inusual.

Escuchan el timbre que anuncia el cambio de la hora, pero no muestran prisa por llegar a su clase de Habilidades Básicas de Investigación que comienza a las 10:00. Han cambiado los pupitres y los pizarrones por un escenario de realidad virtual, donde su docente, el profesor-investigador Julián Nevárez, las espera para arrancar la sesión. Él explica por qué decide incursionar en la experiencia: “Impulsar una mayor participación por parte de los estudiantes requiere incluir herramientas que generen más interés”, dice.

Añade que el uso de realidad virtual es parte de su actividad académica: “Estoy realizando investigación para mejorar las habilidades de comunicación oral de los estudiantes. Hace un año hicimos un experimento piloto con unas alumnas donde vimos un impacto directo en sus emociones; ahora, en una transformación del experimento y dando un sentido más científico al proyecto, queremos saber si impacta en su miedo a hablar frente al público. En este experimento, el público será completamente virtual”.

Javier García Justicia, decano de la Facultad de Educación y Humanidades a la que pertenece Nevárez, coincide: “Es importante enmarcar correctamente el uso de las herramientas tecnológicas en el contexto de la enseñanza, ya que no son el fin último de la educación, sino un medio que facilita que se sigan dando los procesos de enseñanza-aprendizaje en formatos más significativos para los estudiantes del siglo 21”, indica. “Ponen de manifiesto las principales tendencias de la educación actual: facilitan que se pueda aprender en cualquier lugar, sin importar dónde esté el docente o dónde se encuentre el estudiante”.

Al entrar en dicho universo digital, el barullo del campus desaparece de repente. Las estudiantes de Julián ahora están ubicadas en lo alto de una torre, observan el mar a la distancia y oyen voces familiares: son las de sus compañeras. Ahí deben aprender a hacer todo de nueva cuenta. Cómo moverse, cómo tomar una pluma, cómo escribir su propio nombre… El docente pacientemente explica los pasos y los frutos de la práctica. Pronto ya son capaces de crear palabras y hacerlas danzar en el aire hasta que desaparecen.

El sonido de las risas envuelve el ambiente. Después, son divididas en equipos pequeños. ¿Sobre qué conversan? Solo ellas saben. Al igual que en el mundo real, es imposible oír al otro cuando te encuentras lejos. El docente indica sentirse satisfecho porque ha logrado el objetivo: introducir a las jóvenes a una nueva arma de instrucción.

Lo que platican después de la sesión lo confirma: “Estaba emocionada por toda la experiencia. No solo escuchaba y hablaba con mis compañeras, sino que también pude estrecharles la mano y sentarme. Fue muy diferente a lo que me esperaba”, expresa María Campos, alumna de Psicopedagogía.

La experiencia no es ninguna actividad aislada o nacida del interés de un solo profesor. La incursión más profunda de la UDEM en la realidad virtual comenzó durante los primeros meses de la pandemia del Covid-19. “Inició con el Equipo ágil de futuro disruptivo, de la Vicerrectoría de Transformación Estratégica, encargado de investigar y realizar pruebas piloto con diversas tecnologías de vanguardia, entre ellas la realidad virtual”, explica Areli Barrón, asesora pedagógica-tecnológica del Centro de Desarrollo Académico. A partir del semestre de Otoño 2022, dicho proyecto pasó a manos de este Centro que tiene la tarea de capacitar y desarrollar al profesorado. ¿El resultado? Cada vez atienden a más docentes interesados en utilizar el instrumento.

“Al final, queremos que el estudiante tenga una mejor experiencia, con aprendizajes significativos. También queremos clases más dinámicas donde el estudiante esté involucrado y no sea solo un alumno pasivo”, ahonda Isabel González, gerente del Centro. En ello concuerda Michelle Alvarado, otra alumna de Nevárez: “Era como jugar. Estaba experimentando y descubriendo, por ejemplo, cómo escribir mi nombre con una pluma virtual”, asevera al ser cuestionada sobre su experiencia en la clase. “Algo que me encantó es que, cuando nos dividimos en grupos, dejé de escuchar a mis compañeros que estaban lejos. Era justo como la realidad”.