Las abejas vs. la leche de almendras
Si crees que la leche de almendras es una alternativa saludable para ti y amigable con el medio ambiente, las abejas difieren. La popularidad de esta bebida tiene un precio muy alto en estos insectos, que se usan para polinizar los huertos de almendras, con miles de millones de muertes.
De acuerdo con un reporte de The Guardian, en los últimos cinco años, el consumo de la leche de almendra ha crecido más de 250% en EEUU, cuatro veces más que cualquier otro tipo de leche vegetal. Por eso, los apicultores se han enfocado en rentar a las abejas para polinizar las almendras y así cumplir la demanda de la producción necesaria. El problema es que al hacer esto, pierden el 30% o más de las abejas en un año. “Es como mandar a las abejas a la guerra, muchas no regresan”, expresa Nate Donley, un científico del Centro de Diversidad Biológica. De acuerdo con las investigaciones que se han hecho, el alto índice de mortalidad se debe a la gran cantidad de pesticidas que se usan en las almendras, especialmente en Central Valley, California, la región que es responsable de más del 80% de la oferta mundial de este fruto seco.
Las abejas interrumpen su ciclo natural para la polinización de las almendras, ya que deben salir de su hibernación uno o dos meses antes de lo esperado y se reúnen en pequeñas áreas, en Central Valley, por lo que pierden la biodiversidad necesaria para la salud de la especie y son susceptibles a contraer enfermedades.
La necesidad (o necedad) humana de mantener una alta producción todo el año ha hecho que se considere normal esta perdida tan alta. Y las ganancias para los apicultores por la producción de almendras son mayores que las de la miel.
A pesar de este panorama negro, no esta todo perdido: hay muchas organizaciones que sí se preocupan por cuidar a las abejas y respetar el ciclo de la naturaleza. Así que, si quieres contribuir a la causa, busca productos que indiquen en sus etiquetas el uso de métodos amigables con las abejas.
Y prueba la leche de avena.