Recuperamos las ciudades (Parte 2)

Las ciudades que conocemos por su atractivo turístico, ahora son solo de los locales. En una entrevista para el New York Times, dos residentes de Bali y las Islas Galápagos cuentan cómo pasaron de tropezarse con turistas en cada esquina a convertirse en los nuevos “turistas” de las ciudades que son su hogar.

Si quieres ver la primera parte, con las crónicas de un romano y un ciudadano de Dubrovnik (Croacia), da click aquí.

Crédito: The New York Times

Bali (Indonesia)

Ayu Rasmin, de 43 años, vive en Sidemen, una aldea con mucho movimiento turístico. Cuenta que, al principio de marzo, se sintió triste al ver cómo los turistas se iban de su pueblo. “Solo queda un estadounidense, que está desde febrero y no se quiere ir porque ama la energía de aquí”.  Actividades como yoga, masajes, ceremonias de curación y senderismo están en pausa, y repuntaron acciones entre locales como plantar hierbas y árboles frutales. “Sin embargo, hago yoga dos veces al día y digo mis oraciones al atardecer”, dijo en entrevista Ayu. Su espiritualidad no se ve afectada por una pandemia.

Agregó que Bali está “en coma”, la gente está nerviosa y se preguntan “¿Hasta cuándo?”. En esa isla no existe un brote alarmante de coronavirus (es de las regiones de Indonesia con menos casos) y están rodeados por mucha naturaleza. Ayu tiene confianza en que saldrán adelante de esto. “Pero extrañamos a los viajeros. Sin ellos, es muy difícil para nosotros. Es como si hubiéramos perdido nuestra energía”.

Islas Galápagos (Ecuador)

Arturo Izurieta, de 56 años, fue director ejecutivo de la Fundación Charles Darwin en Puerto Ayora. Hoy en día es consultor y esta pandemia le recuerda a cuando llegó en 1984 a la isla: casi no hay autos, motos y las scooters no se permiten. Las gaviotas aprovechan los espacios que los humanos dejaron libres.

Dice que no extraña a los turistas y que esta pandemia puede ser un punto de inflexión: “Galápagos está completamente cerrado, no hay cruceros, no hay nada. ¿Por qué no aprovechar eso y liderar, darle a Galápagos una semana de descanso, todos los años? Hay una propuesta para discutir esto con instituciones civiles, residentes”. ¿Qué opinas de esta propuesta de Arturo?

Crédito: The New York Times