¿Seguiremos teniendo cines?

En este especial de cine y ciencia ficción, Juan Manuel González Fernández, Directo del Departamento de Ciencias de la Información nos explica que podría suceder.

La pandemia pasará. Volveremos a nuestros rituales sociales. ¿Estarán ahí las salas de cine?

La radio, dijeron, iba a hacer que desaparecieran los periódicos. La televisión reemplazaría a la radio. El cine acabaría con el teatro. Estas aseveraciones se han hecho muchas veces en la historia de los medios de comunicación y entretenimiento. Sin embargo, todos han sobrevivido.
Esta persistencia de los medios tiene que ver con la resiliencia de sus públicos, propietarios y productores, pero también con las funciones esenciales que cumplen en la sociedad. Cada uno atiende de manera específica y distinta las necesidades de entretenimiento, información y educación que tienen las comunidades a las que dan servicio.

Pero, en 100 años, la industria de los medios de comunicación no había enfrentado una crisis mundial como la del Coronavirus, que velozmente ha puesto en riesgo el modelo de operación de sus empresas. En el caso del cine, es importante tener en cuenta que se sostiene en tres industrias más especializadas: las productoras, las distribuidoras y las exhibidoras. Unas hacen las películas, otras las mercadean para conseguir su exhibición y otras se encargan de mostrarlas a los públicos. Este modelo ha operado desde los inicios del sistema hollywoodense y ha sobrevivido a múltiples cambios tecnológicos y crisis financieras, bélicas y de salud.

Sin embargo, en la crisis actual la competencia directa que representan los sistemas de distribución directo a casa (OTC) ha aparecido como la gran alternativa al sistema tradicional. Los nuevos estudios como Netflix, Amazon y Apple producen, distribuyen y exhiben sus propios contenidos llegando sin intermedia- rios a las casas de sus audiencias, y por el precio de una visita a la sala de cine ofrecen multitud de películas, series y documentales —a esto debemos también sumar a Disney+, la nueva apuesta de un estudio con casi 100 años de vida—. En estos tiempos complejos, se disfruta de estos contenidos desde la comodidad y seguridad del hogar. Consecuencia: varias cadenas de salas de cine han declarado estar cerca de la bancarrota. En México, las principales cadenas operan en las ciudades donde se permite, pero con poco aforo.

Varios analistas han dicho que este escenario sucedería tarde o temprano, pero que ha sido acelerado por la pandemia del COVID-19. Las causas son múltiples. En los países desarrollados (y el confinamiento llevó la tendencia a muchos otros países), el comercio electrónico generó una caída drástica en la asistencia a los centros comerciales, que dejaron de ser destinos de entretenimiento, cuan- do las salas de cine, en la mayoría de los casos, eran el complemento a la visita. Se sumó la disminución del espacio para cobertura mediática y crítica cinematográfica en los medios, junto con el surgimiento de las redes sociales, donde sitios como YouTube se presentaron como alternativas gratuitas. Finalmente, llegó el surgimiento de las plataformas de streaming, con su omnipresente algoritmo de recomendaciones. Esto completó el cuadro del horror para las salas de cine.

Como ocurre con todo, la pandemia de COVID-19 pasará y volveremos a las actividades colectivas. ¿Cómo puede ser el panorama que nos encontraremos? Las salas de cine no van a desaparecer. El ritual de la experiencia social, que implica no solamente disfrutar de una película, sino de la salida, la convivencia, las palomitas y otras actividades de esparcimiento en torno al cine, es parte de nuestro universo. En otros países, por ejemplo, se ha visto el repunte de los cines de especialidad, que combinan experiencias de entretenimiento y culinarias con películas de estreno, clásicos, festivales y muestras.

Estas salas de cine han retomado la idea de que el público es la persona, no la masa. Seguramente habrá un proceso de ajuste en los próximos años, pero la mayor parte de la industria es optimista y asegura que en el futuro cercano nos encontraremos nuevamente en el cine.