Comida mexicana: deliciosa y nutritiva

Por Jimena Gaspar, Asesora de Modelo Pedagógico y Aprendizaje, UDEM

La alimentación es un tema que a lo largo de la historia ha sido abordada desde diversas perspectivas, puesto que no todos comen lo mismo, ni de la misma manera, ni bajo las mismas circunstancias. Este acto, que responde a una necesidad fisiológica, es, en realidad, resultado de diversas circunstancias y factores tanto endógenos como exógenos al ser humano (Magaña & Sevilla, 2017). Al respecto, la dieta tradicional mexicana, desde antes de la conquista, ha estado basada en alimentos elaborados con maíz, frijoles, chile y tomate (Ruiz, 2014).  

Crédito: Foto de Andre Ouellet en Unsplash.

Aunque hoy en día la alimentación tradicional mexicana goza de reconocimiento y popularidad (Galán, 2021), hace décadas era desprestigiada y considerada comida de “pobres”. Inclusive José Vasconcelos en la década de los 40 expresó públicamente que el atraso de los indígenas se debía a que su dieta provenía principalmente del maíz, a diferencia de la de los españoles, basada en trigo, lo cual los hacía ser intelectualmente superiores (Pilcher, 1998). En los años 50, la publicidad mandaba mensajes de que los alimentos industrializados eran mejores que los artesanales (como las tortillas hechas a mano), argumentando principalmente que eran elaborados de manera más higiénica (Aguilar, 2009). 

No obstante, esos días de desprestigio hacia la dieta tradicional mexicana han desaparecido, pasando, en cambio, a ser reconocida mundialmente como patrimonio por su sabor y características organolépticas (Galán, 2021).

Crédito: Foto de Jarett Lopez en Unsplash.

Entre estas últimas, destaca su sabor picante de algunas preparaciones típicas como las salsas que se usan para condimentar platillos como chilaquiles, enchiladas, tamales, entre otros. Simultáneamente, en términos nutricionales, posee cualidades que la hacen una excelente opción para mantener una salud óptima: es alta en fibra, vitaminas y carbohidratos complejos y a la vez, baja en sodio, grasa y azúcares (Ruiz, 2014). 

Por consiguiente, la alimentación típica del mexicano debe continuar reproduciéndose entre las familias del país, puesto que como ya se comentó, es rica en sabor y cultura. Con relación a esto, recetas tradicionales, libres de ingredientes industrializados, como las tortillas hechas a mano o los frijoles de olla (entre otras) son tesoros culinarios que forman parte de la historia del país y que representan opciones saludables para disfrutar en el hogar. 

Referencias

Aguilar, S. (2009). La mesa está servida: comida y vida cotidiana en el México de mediados del siglo XX. Hib: Revista de Historia Iberoamericana, 2(2), 52-85. 

Galán, G. (2021). Patrón de alimentación en México. Disponible en: https://alimentacionysalud.unam.mx/patron-de-alimentacion-en-mexico/#:~:text=para%20definir%20la%20dieta%20tradicional,el%20chile%20y%20la%20cebolla.

Magaña, C. R., & Sevilla, Y. L. (2017). La alimentación indígena mexicana: Reflexiones antropológicas para el estudio del comportamiento alimentario. Revista Mexicana de Investigación en Psicología, 4(S1), 10-21

Pilcher, J. M. (1998). ¡Que vivan los tamales!: Food and the Making of Mexican Identity. UNM Press

Ruiz, M. V. (2014). Identificación de saberes alimentarios ancestrales y sus aportes nutricionales para los problemas de malnutrición infantil en la comunidad de Maconta abajo de Portoviejo Manabí, 2014 (Bachelor’s thesis, Quito/PUCE/2014).