Hacer o no hacer… he ahí el dilema

Por Karol Ramos, estudiante UDEM de la Licenciatura en Psicología.

La procrastinación: lo que evita que realices tus tareas, lo que hace que postergues y postergues un deber. La sensación abrumante que te impide completar algo. Todos hemos pasado por esto. Se da cuando tenemos que hacer una tarea laboriosa que requiere tiempo y con el fin de “protegernos” de esto —ya que se considera como una “amenaza”—, lo aplazamos. Se puede decir que un procrastinador es alguien que sabe lo que quiere hacer, pero que no lo hace a pesar de las consecuencias negativas que le pueda traer.

Hay dos tipos de procrastinación: la general y la académica. Los estudiantes nos podemos relacionar más con la segunda. Ferrari e investigadores explican que esta consiste en demorar voluntariamente la realización de las responsabilidades académicas, a pesar de tener la intención de completarlas.

Crédito: Foto de Chuttersnap en Unsplash.

En ocasiones, postergar una tarea y tener ese pendiente sobre uno es más estresante que la realidad de llevarla a cabo. Así inicia el típico ciclo de “no hago la tarea porque estoy estresado, pero no hacerla me estresa más” lo que causa ansiedad y dificulta completar el deber. La ansiedad es el síntoma más común de la procrastinación.

Quant y Sánchez mencionan que los estudiantes dejan de hacer sus actividades académicas cuando la fecha de entrega está muy cerca, realizan pocas actividades y evitan responsabilidades de trabajo en equipo, ya que los estudiantes tienen la idea errónea sobre que la presión impulsa un desarrollo óptimo en sus trabajos.

Así que, ¿cómo podemos evitar procrastinar? Evitar la procrastinación tiene que ver con la voluntad y la motivación que tiene la persona, lo cual no siempre es fácil de encontrar. Ante ello, aquí te van unos tips que puedes aplicar en tu día a día para dejar de caer en este ciclo interminable.

Crédito: Foto de Marten Bjork en Unsplash.

Autorregulación. La procrastinación es el resultado de la falta de autorregulación. Una de las características de la autorregulación es que nos ayuda a controlar y gestionar nuestra motivación. Para utilizarla, puedes hacer uso de una agenda o lista de tareas que te ayude a organizarte, y al mismo tiempo, que no te permita olvidarte de las cosas.

Priorizar. Trabaja en las tareas que más te urgen completar primero. La idea de esto no es dejarlas para el último, sino hacer primero una tarea que se entrega mañana que una que se entrega en dos días. Priorizar también se refiere a evitar actividades de ocio y concentrarse en el deber. Evita hacer actividades simultáneamente, completa una para pasar a la siguiente.

Gestión del tiempo. Procura establecer un horario para empezar a realizar tareas y hazte una idea del tiempo aproximado que llevará completarla. Utiliza un temporizador o alarma para ayudarte con esto. Gestionar el tiempo de descanso también es importante para que la tarea no tome más tiempo de lo necesario. También se pueden utilizar técnicas de gestión del tiempo como Pomodoro.

Crédito: Foto de Priscilla Du Preez en Unsplash.

Dividir la tarea. Cuando hay que realizar tareas muy largas, dividirlas en partes más pequeñas te ayuda a sentirte menos abrumado. Ver el avance que llevas puede inspirarte en el proceso. En este caso es ideal tomar descansos entre cada parte que vayas completando.

Premiación. Cuando completes una tarea sería bueno que te dieras un pequeño premio, ya sea un descanso, un café, una caminata corta por el parque, una ducha, etcétera. Es ideal que la recompensa sea proporcional a la tarea realizada.

Por otro lado, ¿la procrastinación tiene efectos positivos? Se suele pensar que trae efectos positivos porque de último minuto se realiza más rápido la tarea, estimula la creatividad, ayuda a evitar el estrés y se tiene más tiempo para pensar en cómo se va a realizar la tarea. Pero estas aparentes ventajas no son más que excusas para seguir procrastinando. Si una tarea se realiza más rápido a último minuto es meramente por la presión de tener que terminarla, lo que puede ocasionar errores que van a llevar a la obtención de calificaciones más bajas en el ámbito educativo.

Ten en cuenta que dejar de procrastinar no es algo que se logra de la noche a la mañana, hay que trabajarlo como cualquier otra cosa. Lo importante aquí es querer: la voluntad es esencial para poder superar la procrastinación. Recuerda: No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.

Referencias:

Laureano, C. A., & Ampudia, L. G. (2019). Procrastinación: revisión teórica. Revista de investigación en psicología, 22(2), 363-378.