Las Fake News y el Regreso a la Vida Análoga
Por: Guadalupe Carranza, jefa de relación con medios de la UDEM
Entre los diversos cambios que ya son legado de la pandemia por el Covid-19, se encuentra la “revolución” que vino a poner de cabeza los medios de comunicación tradicionales. Estos perdieron confianza frente a la audiencia y ahora las nuevas generaciones de comunicadores se enfrentan al gran reto de devolverle al auditorio la seguridad de consumir información veraz. Sin duda, las fake news vivieron su furor durante la pandemia. En el ánimo de protegernos a nosotros y a nuestros seres queridos, el vaivén de información sobre lo último de la pandemia no se hizo esperar; cada día amanecíamos con novedades y, antes de dormirnos, ya teníamos más para compartir. Los espacios noticiosos de los medios de comunicación se quedaron cortos, pues su audiencia requería más. De igual forma, la actualización a cuentagotas de las páginas de noticias se volvió insuficiente y entraron al quite las redes sociales. Ante la extraordinaria situación de emergencia no estábamos seguros de dónde provenía la información que compartían. No importaba: se saciaba nuestra necesidad de saber más. Daniela Mendoza Luna, directora de VerificadoMX, menciona que durante los primeros ocho meses de pandemia se ubicó el momento más álgido de las fake news: “Estábamos en una situación de confinamiento excepcional. Si bien las personas estaban en sus casas, a salvo del contacto con el virus, no lo estaban del contacto con las noticias falsas y esto provocó una fuerte desinformación”. Mendoza Luna continúa: “Los medios de comunicación publicaron también datos que no tenían estudios concluyentes o llevados a cabo con una muestra muy pequeña. No eran conscientes y creían que ayudaban compartiendo información”. Además, destaca que hubo esfuerzos a los que se integraron como verificadores de información proyectos de la talla de Coronavirus Facts Alliance y Latam Coronavirus, la campaña Verify de las Naciones Unidas, y COVIDconCIENCIA en México, una alianza con especialistas en el tema.
Fuera competencias, vengan alianzas
El uso de las redes sociales creció, según Reuters en su Digital News Report. El 69 % de las personas que buscan noticias lo hace por Facebook y cerca de un 20 % por WhatsApp, siendo estas las dos redes sociales que más crecieron. Además, hubo un repunte de 11 % de personas que consumieron noticias en televisión (aunque la audiencia ya no confía tanto en este medio). Beatriz Inzunza Acedo, profesora del Departamento de Ciencias de la Información de la Universidad de Monterrey, señaló que las fake news son mensajes que están hechos con la intención de desinformar. Depende mucho de cuáles son nuestras fuentes de información ya que, aunque a veces no tengamos la intención de tergiversar las versiones veraces, se genera la duda; por lo mismo, compañías como Meta (antes Facebook Company) diseñaron mecanismos y la leyenda “compartido varias veces” que acompaña una imagen o video en WhatsApp. “Existe el síndrome de la ‘tercera persona’, que consiste en que el otro siempre es la víctima o está menos educado. Los boomers van a decir que los jóvenes no prestan atención y los jóvenes van a decir que los grandes o las tías son las que difunden las fake news. Inevitablemente existen en todas las redes sociales”, expresa.
Por su parte, Mendoza Luna señala que las noticias falsas se apuntalan en dos grupos de edad: por una parte las personas adultas mayores a causa de la alfabetización informática, y por otro lado aquellos jóvenes entre los 18 y 23 años que están más expuestos por la cantidad de horas que pasan en las redes sociales.
“El periodismo siempre ha sido sinónimo de rapidez, tratando de ‘ganar la nota’, y durante la pandemia esto no fue la excepción. Si bien los periodistas intentaron entregar noticias lo más pronto posible a su audiencia, los sistemas de información no dan oportunidad de consumir datos veraces, verificados y confiables, y la audiencia tampoco tiene tiempo de verificarlos”, explica la profesora de la UDEM. “Optan por ver tuits de pocos caracteres para tener la sensación de que consultan más fuentes de información, aunque no más contenidos”.
Para la directora de Verificado MX, algunos medios de comunicación tuvieron que ajustar su estrategia y se vieron en la necesidad de reforzar su plantilla con periodismo especializado. “Una de las cosas que valoro es que los medios se dieron cuenta de que la competencia ya no funciona y vieron la necesidad de hacer alianzas no solo con otros noticiarios, sino con especialistas, organizaciones de la sociedad civil, la academia y con todos estos entes que funcionan como productores de información y estaban completamente desaprovechados”.
Contenidos rápidos y veraces
La responsabilidad alcanza no solo a las nuevas generaciones de comunicadores, sino también a quienes siguen ejerciendo el papel de informantes en medios de comunicación. Es imperante brindar datos verificados y de calidad a las audiencias. Pero Inzunza Acedo explica que son las nuevas generaciones las que traen consigo la responsabilidad de difundir la importancia de la verificación. “Ellas tienen la capacidad de producir contenidos de una manera más rápida que otras generaciones. Antes fuimos entrenados para escribir una nota y dedicar todo el día a eso; en cambio, los jóvenes piensan de manera inmediata en el infográfico, el video, la nota, el posteo… son habilidades que las redes sociales nos dan. En TikTok tienes que pensar en el ángulo y cómo transmitir el mensaje para que sea popular. Es algo que traen muy entrenado desde antes de llegar a la carrera y juega a su favor”.
Mendoza Luna agrega que la labor de brindar información confiable debe empezar a partir de hoy: “Las y los periodistas tenemos la obligación de capacitarnos en alfabetización mediática informacional. Es deber de los medios informar y entender cómo son percibidos los mensajes que mandamos en las diferentes plataformas. Ya no podemos andar adelantando notas, creyendo que tenemos primicias. Estamos en la era de las explicaciones”. Hay una frase icónica en el periodismo que reza: “No hay nada más viejo que el periódico de ayer”. Es momento de que los medios de comunicación empiecen a reinventarse para el mañana. Los cambios son una constante y hay puntos de inflexión que se vuelven trascendentales —en este caso, la pandemia—. ¿Cómo nos sorprenderán los medios del mañana?