Lidia con tu ansiedad pospandemia como si fueras experto

Aunque todavía no estamos al 100% listos para regresar al mundo con la misma ligereza que antes, ya vemos la luz al final de este “túnel” pandémico. Si con solo pensar en regresar a ver tus amigos sin mascarilla ya vacunados, ir a clases a la UDEM o estar rodeado de gente en espacios públicos con menos cuidados, te paraliza, estás en la nota correcta. Y si crees que ya todo debe ser normal y te urge regresar, también deberías seguir leyendo.

David Reiss, psicólogo y traumatólogo experto, explicó a Inverse las dos respuestas más comunes que veremos en las personas tras la pandemia:
Opción A. Seguir con miedo por la costumbre de un año en el que lidiamos con un riesgo real y tangible al grado que se nos hizo un hábito.
Opción B. Minimizar el sentido de peligro rápidamente. Esto implica desde negar el riesgo que sigue, hasta volverse un poco soberbios por lo rápido que “superamos” el tema y seguimos adelante.

Para los de la opción A, es difícil romper un hábito de un año sin algunas secuelas, especialmente si es una respuesta emocional de miedo o protección a un ser querido. Aunque en un futuro, como lo ha recomendado la CDC con las personas vacunadas, ya no sea necesario que usen mascarilla en ciertos contextos, será un periodo de transición en el que puedan sentirse seguras de hacerlo.

Para quienes coinciden con la opción B, habrá que entender que “menor riesgo” no quiere decir lo mismo que “sin riesgo”. Por lo que tener cierta precaución nunca sobrará.

Por eso, Reiss sugiere las siguientes recomendaciones para comportarnos en el futuro pospandemia sin importar a que grupo corresponda nuestra forma de verlo:

  • Tener paciencia contigo mismo, ser gentil con tus aciertos y errores.
  • Ir poco a poco y aceptar que es un proceso de transición que puede empezar por ser molesto e inconsistente.
  • Objetivamente considerar los riesgos. Cuestionarte. Y tomar las precauciones razonables.
  • Platicar con amigos y familiares sobre tus experiencias. Ser empático y aprender de las experiencias de otros.
  • Tomar la ansiedad como si fuera una luz amarilla de semáforo que parpadea. Entender que es una señal de alerta para revisar lo que estamos haciendo. Verlo con calma, ser sensatos y objetivos. Así como voltearíamos en la calle a ambos lados antes de decidir cruzar o no, así será este periodo. No se trata de morir de miedo hasta que sea verde.
  • En vez de preocuparse por lo que significa la “nueva normalidad”, mejor concéntrate en qué te hace feliz y es cómodo para ti. No tienes que ir al mismo ritmo que los demás ni en el mismo horario, es tu ritmo personal.
  • Y si sientes que la ansiedad está impidiendo tu vida normal, que tienes impulsos peligrosos o que sientes síntomas de depresión o alguna cualidad que te limita, mejor consulta a un experto en salud mental.